Marcha y congresistas arrestados en washington por ley migratoriaVarios congresistas demócratas se hicieron detener hoy frente al Capitolio junto a unos 200 activistas al término de una marcha en la que miles de personas llegadas a Washington desde todo el país unieron sus voces y reclamaron al Congreso una reforma migratoria.

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Varios congresistas demócratas se hicieron detener hoy frente al Capitolio junto a unos 200 activistas al término de una marcha en la que miles de personas llegadas a Washington desde todo el país unieron sus voces y reclamaron al Congreso una reforma migratoria.

Las detenciones coronaron una movilización de varias horas destinada a recordar al Congreso la necesidad de una reforma migratoria que por ahora quedó relegada en medio de la pelea entre demócratas y republicanos por el cierre del gobierno y por el peligro de un default si en menos de 10 días no se eleva el techo de la deuda.

Entre los congresistas arrestados figuraron Luis Gutiérrez, uno de los más activos promotores de una reforma que incluya el camino hacia la ciudadanía para los millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos, y quien se había dirigido a la multitud pocas horas antes.

Por el “acto de desobediencia” civil también fueron detenidos John Lewis, el activista afroamericano que hace 50 años acompañó a Martin Luther King en una histórica marcha por Washington y que cofundó el movimiento de los derechos civiles en 1960, Raúl Grijalva, Charles Rangel y Gustavo Torres, entre otros.

En un acto pacífico y acordado de antemano con las autoridades, los miembros de la Cámara de Representantes y unos 200 activistas que se habían sentado en una calle frente al Capitolio se dejaron detener y esposar uno por uno y luego fueron trasladados a vehículos policiales.

Miles de personas que los acompañaron aplaudieron y gritaron “sí se puede”, el lema de los promotores de la reforma, en el momento de las detenciones, ocurridas por la tarde.

El Senado, controlado por los demócratas, aprobó en junio pasado un proyecto de ley bipartidista que contempla un proceso de 13 años para que la mayoría de los 11 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos regularicen su situación.

La Cámara de Representantes aún no votó el proyecto.

Con el Capitolio de fondo, el acto comenzó al mediodía con una congregación de activistas en el National Mall -el parque bordeado por los principales museos de Washington-, con banderas y carteles coloridos que pedían por una reforma inmediata o que directamente apuntaban a la inacción de la oposición en la cámara baja.

“Republicanos, no frenen la reforma migratoria”, señalaba un cartel que era sostenido por una de las tantas jóvenes que cantaban y bailaban al ritmo de la banda musical mexicana “Los tigres del Norte”, que en sus canciones suelen evocar el padecimiento de los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos.

Mientras la música de la conocida cantante del vecino país, Lila Downs, sonaba desde el gran escenario custodiado por las insignias de la marcha, bautizada “Camino Americano”, Luis Gutiérrez, caminaba entre la gente que se acercaba para tomarse una foto.

Gutierrez dejó su oficina del Congreso, ubicada a sólo unas cuadras, para dirigirse a la multitud presente, así como también lo hicieron el senador demócrata Robert Menendez y el intendente de Washington, Vincent Gray, entre otros.

Uno de los momentos más conmovedores fue cuando Alicia Silvia, una hispana afectada por el actual sistema migratorio, relató en medio del llanto su historia personal, que hoy la lleva a buscar desesperadamente a un familiar desaparecido hace 5 meses.

Pese a haber sido beneficiado por el programa DACA (Acción Diferida para Inmigrantes que llegaron en la Infancia, en español) surgido bajo el gobierno de Barack Obama, su sobrino fue deportado del país, y por la “desesperación” de haber sido separado de su mujer e hijo de 8 años, hace 5 meses volvió a intentar cruzar la frontera con México y desde entonces permanece desaparecido.

“Les pido a los políticos necios que se sensibilicen. No somos criminales, somos seres humanos, tenemos sentimientos. Pongan un alto a las deportaciones”, gritó Silvia en medio de la congoja y del apoyo que los manifestantes le brindaban a cada una de sus palabras.

María de los Ángeles Cintronvives, por su parte, viajó junto a otras cien personas más reunidas por una sucursal del sindicato gastronómico de Nueva York, para solidarizarse con sus amistades indocumentadas que tienen que vivir separadas de sus familias.

“Eso no es justo, conozco a muchos inmigrantes que trabajan más duro que la gente que ha nacido acá”, afirmó a Télam la mujer de 53 años, que por ser portorriqueña es también ciudadana estadounidense.

“No creo que sea humano separar a los niños de sus padres. Ellos nacieron aquí, así que ¿qué vamos a hacer? ¿Mandar a sus padres de regreso y criar a esos niños aquí sin padres?”, se preguntó, exigiendo que los hispanos que llegaron al país tengan la misma posibilidad que tuvieron “los que vinieron de Italia hace años”.

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