“Les tenemos que dar dinero, son gente muy agresiva”

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ECATEPEC, Méx.— Sólo tiene unos kilómetros de largo, pero transitar por esta avenida es sumamente costoso. Si bien la Vía Morelos, en este municipio, no es una vialidad de cuota, la invasión de limpiaparabrisas, “franeleros”, “gritones”, vendedores y trabajadores la han convertido en un desfalque para los automovilistas y conductores de transporte público que a diario circulan por ahí.

Todos los días, decenas de jóvenes llegan a la arteria desde las cinco de la mañana para ganarse o pedir a los conductores unas monedas.

Los transportistas son los que más padecen este problema, pues son ellos los que transitan repetidas ocasiones por la zona.

Durante un recorrido por la Vía Morelos, fue fácil detectar esta situación. Osvaldo, uno de los choferes del transporte público, que a diario sufren esta problemática, nos permitió acompañarlo para verificar lo dicho.

El camino comenzó en el llamado Puente de Fierro, donde la Vía Morelos cruza con la avenida 1° de Mayo. Ahí se ubica un semáforo en donde al menos 10 chavos y chavas se acercan para pedir dinero. Todos se distribuyen en los diferentes automóviles que se detienen ante la luz roja.

PRESTADORES DE SERVICIO

A Osvaldo, por ser conductor de un transporte público se le acercan más vendedores o prestadores de servicio: uno le limpia el parabrisas a su camioneta, otro, sin pedir permiso, le abre la puerta trasera y le rocía aromatizante, una señora, de unos 30 años, le “obsequia” una imagen de San Judas Tadeo, y una cuarta persona le “vende” un chocolate. A cada uno le da entre dos o tres pesos. Lo que significa que en un solo cruce, el chofer ya desembolsó al menos 10 pesos.

Siguiente parada: la intersección con Avenida México. Ahí, uno de los llamados gritones anuncia al pasaje hacia dónde se dirige la combi, cuántos lugares lleva y qué tiempo tardará aproximadamente en llegar a la base. Por ese servicio cobran de dos a tres pesos los chavos.

Los llamados gritones también son hombres y mujeres que se paran en los puentes peatonales donde sube el mayor número de usuarios a las peseras, por lo que éstos aprovechan la parada del conductor para cobrarle si es que “ayudaron” a subir algún pasajero. Estas personas no son establecidas por las empresas de transportistas “sólo llegan y se apoderan del espacio”, dice Osvaldo.

Por último, la Costeña, donde llegan más limpiaparabrisas, quienes exigen hasta cinco pesos por el servicio. “Les tenemos que dar algo de dinero ya que son gente muy agresiva, si no lo hacemos nos rayan la camioneta o nos rompen los espejos”, narró Osvaldo.

Él no es el único afectado. Ese mismo problema sufren las rutas que circulan por esa arteria procedentes de Tecámac, Ojo de Agua, Acolman, Texcoco y Teotihuacán y se dirigen al DF. De regreso pasa lo mismo para las unidades que salen de los paraderos de Indios Verdes y Martín Carrera y van al norte del estado de México. En un día laboral, los choferes llegan a gastar hasta 60 pesos, si contamos las veces que pasan por esos lugares.

La razón de ese problema no sólo tiene que ver con la falta de cultura cívica de las personas o la ineficacia de las autoridades para controlar a esos sujetos. Todo radica en la falta de oportunidades de empleo, indicaron los automovilistas.

Según el censo del INEGI del 2010, en Ecatepec habitan poco más de un millón 656 mil personas, de los cuales, 27% son jóvenes de entre 15 y 29 años, quienes se ubican en una edad económicamente activa.

A pesar de ello, datos del Congreso mexiquense revelan que ocho de cada 10 chavos ecatepequenses no cuentan con un empleo formal, por lo que tienen que recurrir al subempleo.

Otros, los menos, son lo que al salir del reclusorio no consiguen trabajo, por lo que se auto emplean vendiendo dulces en los camiones, por ello gozan de muchas “técnicas” persuasivas para lograr que los pasajeros, operadores y automovilistas les den dinero sin chistar.

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