Convites y festejos gremiales y políticos en el Día de la Libertad de Expresión

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Morelia, Michoacán.- En estos días existe cierta efervescencia en el gremio de la comunicación local por los convites, en el que hasta hace poco parecía un moribundo Día de la Libertad de Expresión, y que al menos en este 2013, en el ámbito del poder político michoacano, demuestra que -como dice el refrán- no andaba muerto sino de parranda.

El gobierno del estado tendrá su festín el sábado por la mañana con miembros del gremio; la dirigencia estatal del PRI incluso giró a manera de comunicado una invitación para quien quiera asistir al festejo que ella organiza al respecto.

En el Congreso también se prevé echar la casa por la ventana, aun cuando no está definido el día, los diputados ya se saborean “los copetines” con la fauna mediática que quiera acudir. Otros diputados más tendrán sus reuniones en lo privado con quienes cubren la fuente.

Así cada área del poder público, cada círculo del gremio periodístico.

Fieles a la costumbre, incluso los propios comunicadores se organizaron para este viernes su propio convite, pagando los tacos que se van a comer y el licor con el que vayan a brindar.

El Día de la Libertad de Expresión congrega a todos los que quieran ser congregados, sin que falten las rifas de computadoras, pomos, ipods, grabadoras, o lo que la inspiración le dé a los titulares de las áreas de comunicación en turno.

Pero “¿qué celebran los periodistas con el gobierno y viceversa?”, al menos ésa es la pregunta que se formula Elly Castillo, quien encabeza el proyecto Changoonga: “Está de la chingada, no hay libertad de expresión, desde nuestra trinchera somos un medio joven que hemos sufrido la censura, y lo más grave es que hemos llegado a caer en la autocensura porque no hay las garantías mínimas para hacer nuestro trabajo.

Por eso me pregunto ¿qué se puede festejar?, no sé quién vaya a hacerlo, no sé quién vaya a ir mañana a sentar y desayunar con el gobernador para festejar algo que no está para festejar”.

Recordó que en el 2010 hubo una incipiente organización entre los trabajadores de los medios de comunicación locales para exigir garantías en la realización de su trabajo, “ahora estamos muy lejos de ese esfuerzo que se inició y no cuajó, ése es el problema del gremio: la desunión”.

No hay nada que celebrar, ésa es la postura de algunos trabajadores del gremio; una de ellas, la fotógrafa Rosario Salas, quien trabaja en el periódico Provincia y no ve motivo de festejo.

Para ella es claro que todos son iguales, priistas, panistas, perredistas o lo que caiga, en cualquier caso sus gobiernos no garantizan la libertad de expresión. En lo cotidiano, con la chamba del día a día se ve: “los funcionarios no quieren hablar, para tomar fotos tienes que pedirles permiso y estar sujeto al criterio de las áreas de comunicación, ¿qué festejan?, no hay nada que festejar”.

La respuesta es similar al cuestionar a comunicadores, “no hay nada que festejar”. Verónica García, periodista que labora en Canal 13 de Michoacán, coincide en ello, incluso recuerda como en el sexenio de Leonel Godoy Rangel se habló de la posibilidad de cambiar la fecha vía decreto. “No debemos de olvidar que este día tiene su origen en México, en un acto de sumisión de la prensa hacia el presidente Miguel Alemán. Podríamos optar por el 3 de mayo, que es el Día Internacional, o cualquier otra fecha, pero éstas sólo tendrán sentido si hay reflexión y debate de por medio sobre el papel de la prensa, su situación y su responsabilidad”.

Olga Márquez, reportera de El Sol de Morelia no ve con simpatía el convite gubernamental por el Día de la Libertad de Expresión, “y lo peor es que luego tienes que ir por fuerza, porque el medio en el que trabajas te manda, ya sea para cubrir la nota o entrevistar a los funcionarios; como sea, al final casi todo el mundo acaba yendo”. Para ella es un sinsentido festejar esta fecha, cuando en la realidad no hay libertad de expresión: “en los medios de comunicación hay información que se oculta, o simplemente no interesa”.

Ernesto Martínez Elorriaga, corresponsal de La Jornada, coincide en que pareciera que no tiene sentido celebrar esta fecha: “estamos viviendo momentos complicados, hay inseguridad y falta de garantías en el ejercicio, sobre todo para quienes cubren la fuente policiaca”. Apuntó que a los convites que se efectúan con motivo de esta fecha, muchos acuden porque pueden desayunar gratis, otros más sólo lo ven como un convivio para estar con los compañeros de gremio, “el sentido depende de la perspectiva que le dé cada quien”.

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