(VOA noticias). – John Kelly, un general retirado del Cuerpo de Infantería de Marina, prestó juramento el lunes como jefe de Gabinete de la Casa Blanca, con el fin de poner orden a la presidencia de Donald Trump que lleva seis meses.

“Él va a hacer un muy buen trabajo”, dijo Trump al dar la bienvenida a Kelly, mientras elogió el desempeño económico del país.

“Esperamos, si es posible, aún un mejor trabajo como jefe de Gabinete”, dijo Trump sobre su exsecretario de Seguridad Nacional.

Trump dijo a los periodistas en la Oficina Oval que su administración se ha “desempeñado muy bien”, destacando el mercado de acciones, el desempleo y la confianza de los empresarios”

“Tenemos una tremenda base, tenemos un tremendo grupo de apoyo, el país es optimista y creo que el general va a agregar a eso. Al país le está yendo muy bien. El mercado de acciones más fuerte que jamás haya habido”, dijo Trump. 

El presidente destituyó el viernes del puesto de Jefe de Gabiente a Reince Priebus, una figura de la dirigencia republicana, y nombró a Kelly, de 67 años. Trump lo ha conocido a Kelly solo por algunos meses pero lo admira por su dura posición en la lucha contra la inmigración ilegal durante su posición como secretario de Seguridad Nacional. Trump llamó a Kelly “una estrella” de su administración.

Kelly, cuando aún ocupaba una alta posición militar, se convirtió en el oficial de más alto rango en Estados Unidos en perder un hijo en combate en el exterior. Su hijo Robert, un oficial del Cuerpo de Infantería, murió después de pasar sobre una mina terrestre en Afganistán en 2010. Durante la conmemoración del “Memorial Day” en mayo, Kelly mostró a Trump la tumba de su hijo en el Cementerio Nacional de Arlington, en las afueras de Washington.

Los primeros cuatro meses del período de cuatro años de Trump han estado marcados por disputas entre asesores en la Casa Blanca, varios de los cuales ya los ha despedido por una variedad de razones.

(VOA noticias). – El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, habló por primera vez en público sobre los rumores de que podría estar por dejar su puesto.

“No me iré a ninguna parte”, dijo Tillerson a una periodista que le preguntó si se estaba comprometido a seguir siendo Secretario de Estado.

Ante otras preguntas de la reportera, Tillerson aclaró que se quedará en su puesto por el tiempo que el presidente le permita y que la relación que mantiene con él es “buena”.

El secretario de Estado habló el miércoles, mientras recibía al ministro de Relaciones Exteriores de Qatar, Sheikh Mohammed bin Abdulraham Al Thani.

Informaciones de varios medios de prensa habían dado cuenta que la relación de Tillerson con la Casa Blanca se había visto afectada por diferencias.

Tillerson no habló sobre la reunión con su homólogo qatarí pero la semana pasada dijo que se sentía satisfecho con los esfuerzos que el país árabe estaba haciendo para enfrentar las preocupaciones sobre la supuesta financiación de grupos extremistas y contraterrorismo.

También afirmó que estaba trabajando para resolver la actual crisis diplomática en el Golfo Pérsico.

(VOA noticias). – Los líderes republicanos en el Senado de Estados Unidos están tratando de ganar apoyo para cambios limitados a la ley de cuidado de salud, después de haber fracasado los intentos de anularla y los de reemplazarla.

El nuevo esfuerzo el jueves está destinado a ganar suficientes votos para aprobar lo que los republicanos han llamado “flaco” proyecto de ley que anularía parte de la ley conocida como Obamacare aprobada hace siete años.

La propuesta pondría fin al requerimiento de que la mayoría de los estadounidenses compren seguro de salud o paguen una multa y a la obligación de que los empleadores provean a sus trabajadores con seguro médico, además de abolir los impuestos a equipos médicos. 

Pero el disminuido esfuerzo dejaría intacto la mayor parte de lo que se conoce como Obamacare, la ley insignia del expresidente Barack Obama, incluyendo una medida que requiere que las aseguradoras vendan pólizas a personas con condiciones preexistentes que son costosas de tratar.

Hasta ahora, los líderes republicanos no tienen suficiente apoyo para aprobar la versión reducida de proyecto de ley para cumplir con la promesa de campaña de anular y reemplazar la ley de cuidado de salud.

Legisladores conservadores quieren eliminar tanto como puedan de Obamacare, mientras los republicanos más moderados están preocupados que los cambios pongan fin o limiten la cobertura de salud del gobierno para millones de pobres.