SAN SALVADOR ATENCO.— La fiesta más esperada por los habitantes terminó en tragedia. El carnaval, que tiene más de 100 de antigüedad, enlutó a una familia de la comunidad de Acuexcómac.
Un miembro del grupo de arrieros que recorren a caballo los pueblos del municipio, al parecer, manipuló de manera inadecuada una escopeta y el arma se disparó accidentalmente.
En el centro de la comunidad se encontraban más de 500 habitantes que presenciaban el paso de más de 150 jinetes en su equino.
La bala se incrustó en la cara de una mujer de 36 años, quien murió de manera instantánea. El impacto también alcanzó a su esposo, quien presentó un “rozón”.
La mujer fue identificada como Juana “N” y su pareja como José Raúl, ambos residentes en Acuexcómac.
El presunto responsable huyó del sitio del percance y los otros jinetes también. Cada año, desde hace más de un siglo, lo arrieros vestidos con traje de charro pasan por todos los poblados de San Salvador Atenco.
Festejan a balazos
Para festejar el fin del carnaval, se acostumbra que las armas que llevan las detonen al aire. Esta ocasión, la festividad provocó la muerte de una vecina. El cuerpo de la víctima quedó en la explanada de la comunidad, frente a la iglesia de San Francisco.
El ayuntamiento de San Salvador Atenco había prohibido la utilización de armas reales en el carnaval, pero los residentes no acataron la medida.
En el sitio, la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) encontró más de 250 cartuchos percutidos de diferentes calibres. Al lugar acudieron elementos de la Policía Municipal y estatal, pero no encontraron al autor del balazo.
Los familiares de las víctimas exigieron que se detenga al que ocasionó el percance y pidieron al gobierno local que se evite el uso de armas en las festividades.
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