TOLUCA, Méx.— Familiares de dos jóvenes que la procuraduría mexiquense presentó a los medios como supuestos responsables de violar a cinco mujeres en un autobús, realizaron un plantón afuera de la dependencia para exigir su liberación inmediata.
Pese a los indicios que comienzan a acumularse en torno a su inocencia y que incluyen el testimonio de las propias víctimas del abuso, las cuales desde un principio los desligaron del caso —aseguraron no conocerlos—, la dependencia se ha negado sistemáticamente a liberarlos.
Padres, amigos y vecinos de Santiago Filiberto Romero, de 33 años, y Julio César Nava, de 25 años, presentados a los medios de comunicación en diciembre pasado como presuntos responsables, acudieron a la sede de la Procuraduría con pancartas y consignas exigieron a las autoridades dejar de torturar y amenazar a las familias de ambos.
Aseguraron que continuamente son hostigados por ministeriales y personal de la dependencia “para que dejen de abrir la boca”, ante sus constantes demandas de justicia.
Ambos fueron “detenidos” en un local de “maquinitas” ubicado en la colonia Pilares, cerca de donde se subieron los violadores el día que ocurrieron los ellos, mientras se encontraban laborando.
Sus familiares narraron por primera vez que se no se trató de una detención sino de “un levantón”, por parte de un grupo armado de policías ministeriales “encapuchados”, los cuales a punta de pistola y golpes los sometieron y subieron a vehículos sin placas.
Ambos fueron retenidos y sometidos a intensas palizas “para que confesaran violaciones y robos”. Ayer surgieron nuevos indicios del arresto de tres jóvenes de entre 17 y 18 años, quienes sí fueron identificados por las víctimas.
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