Un último minuto letal deja a los Warriors a un paso del campeonato

0
1443

(NBAmaniacs). – Remontar un 3-1 fue una proeza. Hacerlo con un 3-0 será un milagro. Los Cavaliers perdieron en los 60 segundos finales un partido competido, frenético y apasionante desde el salto inicial frente a Golden State. El 113-118 final de los Warriors deja al equipo californiano a solo un paso de recuperar el trono de la liga y de alcanzar una proeza histórica. El 16-0 en playoffs, algo nunca visto en la NBA, está más que nunca a su alcance.

Tyronn Lue, entrenador de los Cavaliers, prometió tras su segunda derrota de la serie que no tenía intención alguna de ralentizar el juego. Dicho y hecho. Ambos equipos salían de nuevo a un ritmo frenético, más propio de un All-Star (aunque con defensas de verdad) que el de un partido con tanto en juego. LeBron James, ayudado por el acierto exterior de un resucitado J.R. Smith (16 puntos, con 5/10 en triples), lanzaba a unos Cavs todavía con ilusiones.

Golden State, eso sí, reaccionaba gracias a Klay Thompson, quien puso atrás todas sus dudas en un primer cuarto exquisito. Sus 16 puntos en los 7 minutos iniciales de partido (de 30 totales) compensaban el buen inicio de Cleveland, quien se llevaría el gran susto tras un choque fortuito entre LeBron James y Tristan Thompson que dejaban al alero tumbado en el suelo durante unos segundos. Recuperado y de vuelta a la acción, James no decepcionaba. En una noche que sabía a historia, el alero rompía la difícil defensa de los Warriors con sus entradas a canasta.

El factor LeBron

El problema para los Cavs es que, aunque a veces no lo parezca, LeBron James es humano. En sus visitas al banquillo, Cleveland volvía a ser un equipo menor, fácilmente desbordable para unos Warriors mucho más profundo en sus rotaciones, capaz además de mantener dos All-Stars permanentemente en su quinteto. Su acierto en los triples, anotando 9/14 en el primer cuarto, hacía el resto, cerrando una ventaja de 8 puntos (31-39) tras 12 minutos de partido. El parcial sin James en la cancha: 0-10 para Golden State.

Con su estrella de vuelta, Cleveland se encontraba de nuevo en el partido, con un rápido 8-0 de parcial que equilibraba el duelo. Un monstruoso partido de LeBron James (39 puntos, 11 rebotes y 9 asistencias) era necesario ante el horrendo acierto ofensivo de sus compañeros. En un partido pasado de revoluciones, en ocasiones de forma excesiva, era el duelo entre un jugador aparentemente incansable tras 14 años en la NBA y un equipo abrumadoramente lleno de armas para dañar al rival.

Irving entraba en juego

Kyrie Irving (17 puntos al descanso, de 38 totales) aparecía con sus incisivas entradas a canasta, pero Kevin Love (9 puntos, con 1/7 en triples) era en ataque una sombra del activo jugador de otros partidos, y secundarios como Tristan Thompson y Deron Williams restaban más que sumaban a los sufridos Cavs. Pese a los 27 puntos de un mortífero LeBron James, los Warriors tomaban ventaja de nuevo. Con su trío formado por Stephen Curry, Klay Thompson y Kevin Durant combinándose para 51 puntos y un increíble 11/16 en triples, Golden State dominaba 61-67 al descanso, a mitad de camino del 3-0.

En el tercer cuarto, terreno en el que los Warriors habían roto el partido en los dos partidos anteriores, Cleveland recuperaba terreno. Kyrie Irving, Kyle Korver y J.R. Smith tomaban el relevo de LeBron James, adelantando a los Cavaliers por primera vez en todas las Finales sin contar el primer cuarto. Zaza Pachulia, pese a su gran control sobre Tristan Thompson, cometía errores infantiles en ataque, y Draymond Green sufría de nuevo por problemas de faltas.

Un memorable tercer cuarto

Pero Stephen Curry (26 puntos) se crecía por momentos con el partido enloquecido, con ataques de nuevo rápidos y efectivos, sin dejar que las defensas pudieran organizarse a tiempo. Los Cavaliers respondían esta vez como equipo, creando en el camino los mejores minutos de la serie. Una exhibición ofensiva de primer nivel de ambos equipos para un tercer cuarto memorable, en ocasiones jugando con LeBron James y Kevin Durant como pívots.

Sin interiores puros, Kyrie Irving (16 puntos en el parcial) decantaba ligeramente la balanza. La vulnerable pintura de los Warriors sufría ante las poderosas entradas a canasta del base, poniendo a Cleveland 5 puntos arriba (94-89) a 12 minutos del final. Golden State no encontraba tantas facilidades en el tiro exterior como a principio de partido, y su ataque sufría. Por primera vez en estas Finales, el partido llegaba lleno de vida y de emoción al último cuarto.

Cleveland soñaba 

El cansancio hacía claramente mella en LeBron James, quien acabaría jugando más de 45 minutos y medio. Pero no importaba, sus ataques seguían siendo impecables, y Kyrie Irving tomaba con suficiencia la responsabilidad cuando el alero tomaba un paso atrás. El ataque de Golden State, tan fluido en los dos primeros partidos anteriores, sufría ante la física defensa de los Cavs. Pero el talento de sus tres anotadores, particularmente de un Klay Thompson en su mejor momento de estos playoffs, lo compensaba para mantener un partido igualado.

En un partido tan cargado de anotadores de primer nivel, el intercambio de canastas era constante. Kevin Durant y Stephen Curry encontraban mejores opciones entrando a canasta que desde fuera. Sin pólvora desde el triple, los Warriors perdían puntos extra que habitualmente servían para rematar victorias como la de este tercer partido. Los Cavaliers mantenían una mínima ventaja, llegando dos arriba al último minuto de partido.

Durant sentenció

Pero fue precisamente Kevin Durant (31 puntos), y precisamente con un majestuoso triple, el que ponía a Golden State por delante. Kyrie Irving fallaba en el lado contrario, ahogando la alegría del bullicioso “Q” de Cleveland, que veía como dos tiros libres más del alero de los Warrios ponían tres arriba al equipo californiano con 13 segundos por jugarse. Una gran defensa de Andre Iguodala sobre LeBron James y dos tiros libres más de Stephen Curry sentenciaban. Cuando todo parecía de cara para los Cavs, un parcial final de 0-11 (0-7 en el último minuto) sería su sentencia casi definitiva.

El 3-0 de los Warriors era una realidad. Y la historia de la NBA es implacable en estos casos. Nunca un equipo ha remontado una desventaja de tres victorias en una serie de playoffs. Golden State, con un descomunal 15-0, dieron un golpe virtualmente letal para llevarse el campeonato. Los Cavaliers lo hicieron casi todo bien en 45 minutos. Ante estos Warriors, quizás ya el mejor equipo de la historia (inédito 15-0 en estos playoffs), no bastó. La serie llegará al cuarto partido del viernes herida de muerte.

Comments

comments