WASHINGTON (AP) — Aun cuando quedó superado uno de los mayores obstáculos con vistas a una reforma migratoria, algunos legisladores advirtieron el domingo, a pesar de su optimismo, que no han concluido sus trabajos sobre una iniciativa que abra la posibilidad de la ciudadanía a los 11 millones de inmigrantes sin autorización legal en el país.
La central sindical AFL-CIO y la Cámara de Comercio de Estados Unidos (empresarial) convinieron la noche del viernes que decenas de miles de trabajadores extranjeros poco calificados puedan venir al país a cubrir vacantes en la construcción, hoteles, restaurantes y otras actividades.
Las desavenencias previas en este punto entre sindicatos y empleadores —ambos poderosos sectores cabilderos— eran señaladas por los expertos como el principal obstáculo para alcanzar un acuerdo legislativo sobre una reforma migratoria.
Sin embargo, a pesar de este inusual acuerdo entre ambas partes, legisladores demócratas y republicanos admitieron que las negociaciones no habían concluido y aún no hay una iniciativa de reforma migratoria camino al congreso.
“Merced al acuerdo entre empresas y sindicatos quedó superada cualquier desavenencia política importante”, dijo el senador demócrata Chuck Schumer, de Nueva York, quien medió entre las partes.
Sin embargo, este acuerdo no ha tomado la forma de un proyecto de ley y los ocho senadores que buscan un compromiso no se han reunido en torno al posible avance.
“No hemos firmado nada”, dijo el senador republicano Lindsey Graham, de Carolina del Sur.
“Todavía faltan unos pocos detalles. Pero conceptualmente, tenemos un acuerdo entre empresas y sindicatos, entre nosotros mismos que tiene que ser elaborado”, agregó.
Poco antes de las presentaciones de los legisladores en diversos programas dominicales, el senador republicano Marco Rubio, de Florida, había advertido que no estaba dispuesto a prestar su nombre ni su influencia política para un acuerdo sin examinar los detalles.
“Son prematuras las versiones de que el grupo bipartidista de ocho senadores ha alcanzado un acuerdo para una propuesta legislativa (de reforma migratoria)”, dijo Rubio, uno de los legisladores que trabajan en la iniciativa.
Rubio, cubano-estadounidense, es una figura prominente dentro del Partido Republicano y posible aspirante a la candidatura presidencial en 2016. Los legisladores están muy pendientes de que Rubio dé su visto bueno a un acuerdo para la iniciativa aunque la postura del legislador alienta poco optimismo.
Rubio, el emisario del grupo ante los conservadores, describió el acuerdo como “un punto de partida”, pero dijo que aún falta la participación de 92 senadores de 43 estados aún en el proceso.
El acuerdo entre la central sindical más grande del país y el poderoso grupo cabildero empresarial necesita la aprobación de los senadores, incluido el republicano John McCain, de Arizona, cuyos esfuerzos previos para impulsarlo fueron infructuosos.
“Creo que vamos por buen camino. Pero como el senador Rubio dice correctamente, hemos afirmado que no llegaremos a un acuerdo definitivo mientras no examinemos todo el texto legislativo y él señala correctamente que el texto no está totalmente elaborado”, afirmó Schumer.
El senador republicano Jeff Flake, de Arizona, destacó la importancia del acuerdo entre empresas y sindicatos, pero agregó que el mismo no está finalizado.
“Este acuerdo no significa que hemos puesto los puntos a las íes ni las rayas transversales a las tes, o viceversa”, afirmó Flake, quien forma parte de los ocho legisladores que trabajan en el acuerdo.
El senador demócrata Schumer contribuyó la noche del viernes mediante una llamada telefónica a la concertación del acuerdo entre el presidente de la AFL-CIO, Richard Trumka, y el titular de la Cámara de Comercio, Tom Donohue.
En conformidad con el compromiso entre estas partes, el gobierno podría crear una nueva visa “W” para trabajadores inmigrantes poco calificados que recibirían salarios iguales a los de los estadounidenses o las pagas que prevalezcan en los sectores en los que laboren.
El Departamento de Trabajo podría determinar el sueldo prevaleciente de la actividad con base a las tasas habituales en localidades específicas, así que las pagas a los trabajadores inmigrantes podrían variar de ciudad a ciudad.
La medida propuesta garantizaría la seguridad en la frontera, combatiría a los empleadores que contraten inmigrantes no autorizados, mejoraría el sistema de inmigración y abriría una vía para que en 13 años puedan aspirar a la ciudadanía los millones de inmigrantes que viven en el país.
La reforma migratoria es una de las principales prioridades en el segundo periodo de gobierno del presidente Barack Obama e incluiría los cambios más dramáticos efectuados en dos décadas al sistema de inmigración federal que ha acusado fallas.
“Obama considera la reforma un legado. No me queda duda de que Obama desea la aprobación de una reforma migratoria integral”, dijo David Axelrod, quien un asesor político de larga data del presidente.
Hasta la semana pasada parecía destinado al fracaso un acuerdo sobre la reforma migratoria. Sin embargo, el avance logrado el viernes entre empresas y sindicatos reactivó las conversaciones.
El representante republicano Peter King, de Nueva York, expresó su escepticismo hacia las perspectivas de lograr un acuerdo.
“No basta que ocho legisladores en una sala digan que se garantizará la seguridad en la frontera”, manifestó King, quien no participa en la elaboración de la propuesta bipartidista.
“Las empresas y los sindicatos tienen un acuerdo”, dijo por su parte Schumer. “Con esto se ha superado un obstáculo enorme”, agregó.
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