(VOA noticias). – “Es imposible no ser sobrecogido” por la situación, señaló la corresponsal de la Voz de América, Celia Mendoza, desde Houston. Ella y otros reporteros que tratan de describir la tragedia terminaron necesitando ayuda y ser rescatados al aumentar la inundación.
El alcalde la ciudad, Sylvester Turner, se ha visto cuestionado por no haber ordenado una evacuación masiva de la ciudad antes de que la tormenta llegara. Pero Turner defendió su posición de no evacuar aduciendo los problemas logísticos que una evacuación a gran escala hubieran representado. En una entrevista dijo que cualquier intento de evacuar a millones de personas con tan poco anticipación habría sido “disparatada”.
Mientras tanto, el descargue de los embalses, la operación de ingeniería estratégica, que según las autoridades estaba prevista para las dos de la madrugada CDT, se inició unos 90 minutos antes en un caso y un día antes en otro.
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército comenzó las liberaciones el lunes por la mañana, antes de lo previsto, ante un aumento drástico del nivel de agua en unas pocas horas, indicó un portavoz del cuerpo. Los planes se adelantaron para evitar inundaciones en más hogares por el agua de los embalses, explicó el vocero Jay Townsend. Los niveles del agua subían a un ritmo de más de 15 centímetros (seis pulgadas) por hora en ambos depósitos, añadió.
Mientras tanto, las autoridades en el condado de Fort Bend, en los suburbios suroccidentales de Houston, ordenaron el domingo por la noche una evacuación general en los distritos cercanos a los diques del río Brazos. Las autoridades del condado se preparaban para una situación de desbordamiento grave en el río para el domingo por la noche.
El Servicio Nacional de Meteorología señaló que el agua podría alcanzar unos 18 metros (59 pies), un metro (tres pies) por encima del récord de 2016, explicó en una conferencia de prensa el juez del condado Robert Herbert, señalando que era un nivel no visto en 800 años. Esa cantidad de agua sobrepasaría los diques y podría hacer que colapsaran, advirtió el juez.
Los helicópteros aterrizaban junto a autopistas inundadas, los botes hinchables recorrían barrios anegados y vehículos preparados para terreno inundado recorrían intersecciones encharcadas. Algunas personas se arreglaron con canoas o piraguas o nadaron.
Equipos de voluntarios se sumaron al personal de emergencias para sacar a gente de su casa o de áreas inundadas, tantas que las autoridades tenían problemas para identificar las zonas más afectadas. Instaron a la gente a salir a los tejados de sus casas para no quedarse atrapada en los áticos, y a ondear sábanas o toallas para llamar la atención sobre su ubicación.
A juzgar por las declaraciones federales de desastre, la tormenta había afectado por el momento a aproximadamente un cuarto de la población de Texas, o 6,8 millones de personas en 18 condados. Al menos dos muertes se atribuyeron a Harvey.
“La amplitud e intensidad de estas precipitaciones va más allá de nada experimentado antes”, indicó en un comunicado el Servicio Meteorológico Nacional.