WASHINGTON (AP) — Un grupo bipartidista acordó el jueves un plan para incrementar de manera sustancial la vigilancia de la frontera con México que pudiera atraer los 60 votos requeridos para que el Senado apruebe un proyecto de ley que concedería a 11 millones de inmigrantes sin papeles la opción de la naturalización.
El acuerdo anunciado en el pleno del Senado por los senadores republicanos John Hoeven (Dakota de Norte) y Bob Corker (Tenesí) persigue duplicar los agentes de la Patrulla Fronteriza, construir 700 millas de cerca y gastar miles de millones de dólares en equipos tales como aviones no tripulados, radares y monitores antisísmicos.
El senador demócrata por Nueva York, Chuck Schumer, uno de los ocho autores del proyecto de ley de reforma migratoria, dijo que la redacción de la enmienda no ha finalizado y que continúan compartiendo información con otras partes interesadas.
“Estamos extremadamente entusiastas porque un acuerdo está al alcance”, dijo Schumer en el pleno. “Estamos a punto de obtener un logro decisivo. Creemos que podemos tener un voto final favorable sobre el proyecto de ley”.
Según el nuevo acuerdo, los inmigrantes sin documentación podrán legalizarse mientras se implementan las nuevas medidas de seguridad fronteriza, pero solo podrán obtener la residencia permanente cuando la implementación haya concluido.
Hoeven ubicó en 30.000 millones de dólares el costo de las nuevas medidas de seguridad, y explicó que podrá ser costeado con el recorte de 197.000 millones de dólares que la reforma migratoria representará para el déficit público estadounidense, según estimó esta semana la Oficina Legislativa de Asuntos Presupuestarios.
De ser aprobado, el consenso incrementaría las posibilidades no sólo de que el Senado apruebe el proyecto de ley, sino que darían un nuevo aire a las aspiraciones demócratas de alcanzar los 70 votos para ejercer presión sobre la mayoría republicana en la cámara baja que hasta ahora se ha mostrado renuente a acoger la versión del Senado por considerar que no garantiza adecuadamente la seguridad fronteriza.
Pero el acuerdo atrajo críticas de otros senadores republicanos como Jeff Sessions (Alabama) y David Vitter (Luisiana), quienes sostienen que no corregirá las deficiencias fundamentales del proyecto de ley al no garantizar de manera adecuada la seguridad fronteriza antes de que los 11 millones de inmigrantes sin papeles se naturalicen.
Otras críticas provinieron de una coalición de organizaciones llamada Cambio que sostiene que afectará a millones de residentes en la zona fronteriza.
“Este acuerdo es un mal negocio para las comunidades fronterizas y el pueblo estadounidense”, dijo Christian Ramírez, director de la Coalición de Comunidades en la Frontera Sur e integrante de Cambio. “Sólo es una promesa vacía de seguridad fronteriza y un cálculo político caro, excesivo y extremo”.
Se prevé que el Senado someta a votación el proyecto de ley a fines de la semana próxima.
Luego le correspondería actuar a la cámara de representantes, cuya mayoría republicana se opone a conceder la opción de la naturalización a inmigrantes sin papeles.
La Casa Blanca rehusó pronunciarse sobre la nueva enmienda, pese a que funcionarios legislativos aseguraron que representantes del ejecutivo participaron en la redacción.
Los senadores seguían debatiendo la reforma migratoria, horas después de que el Senado votara el jueves 54-43 a favor de rechazar una enmienda republicana que establecía la regularización de los 11 millones de inmigrantes solamente después de que sea arrestado el 90% de las personas que intentan ingresar ilegalmente a territorio estadounidense.
Los ocho senadores autores del proyecto de ley habían calificado a la propuesta del republicano por Texas John Cornyn, que incluía un sistema biométrico para verificar cuando extranjeros salgan de territorio estadounidense por mar o aire, como una “píldora venenosa” porque postergaría indefinidamente la legalización de los inmigrantes sin documentos.
La enmienda de Cornyn generó una atención preliminar considerable entre los republicanos insatisfechos con el proyecto de ley integral porque consideran que no garantiza debidamente la seguridad fronteriza, pero no obtuvo los votos necesarios ante las perspectivas de que ambas bancadas logren acuerdo sobre otra enmienda.
El senador republicano por Florida Marco Rubio fue el único de los ocho autores de proyecto de ley que apoyó la enmienda de Cornyn.
La organización Dream Act Coalition, que apoya la naturalización de los inmigrantes sin papeles, criticó en un comunicado el voto de Rubio y se preguntó “¿Del lado de quién está el senador Rubio?”
El jefe de la bancada mayoritaria, el demócrata por Nevada Harry Reid, ha reiterado su urgencia de comenzar a votar enmiendas cuanto antes para aprobar antes del 4 de julio el proyecto de ley.
Hasta el momento han sido presentadas 349 enmiendas, de las cuales han sido votadas una docena. Los senadores no están obligados a votar cada una de las enmiendas que han presentado.
A diferencia del enfoque integral con que el Senado abordó la reforma migratoria, la mayoría republicana en la cámara baja ha mostrado preferencia por proyectos de ley separados y con énfasis en medidas restrictivas a la inmigración ilegal.
La comisión aprobó el martes un proyecto de ley que busca aplicar duras penas a cualquier persona que se encuentre en Estados Unidos sin permiso de residencia. Los demócratas calificaron la legislación como peligrosa.
El presidente Barack Obama ha reiterado su expectativa de que el Congreso apruebe la reforma migratoria antes de su receso veraniego previsto el 2 de agosto.
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