WASHINGTON (AP) — En busca de lograr acciones rápidas en materia de inmigración, el presidente Barack Obama se alistaba el martes a lanzar una ofensiva para conseguir el apoyo de la ciudadanía a sus propuestas de darle un camino a la ciudadanía a los 11 millones de inmigrantes que viven sin residencia legal en Estados Unidos.
El presidente presentará su plan —que también busca mejorar el sistema legal de inmigración y la seguridad fronteriza— durante un acto en Las Vegas, un día después de que un grupo bipartidista de senadores presentó sus propias ideas para resolver un problema que ha permanecidos estancado en Washington durante años.
Funcionarios del gobierno de Obama dijeron que el presidente estadounidense apoyará a grandes rasgos el acuerdo de los senadores, pero grupos que abogan por los inmigrantes dijeron confiar en que el presidente plantee propuestas propias que vayan más allá que las de los senadores, como por ejemplo una vía más rápida hacia la obtención de la ciudadanía.
Las campañas simultáneas hacia una reforma del sistema de inmigración fueron estimuladas por las elecciones presidenciales de noviembre, en las que Obama obtuvo una mayoría abrumadora de los votos hispanos.
Los resultados hicieron que los legisladores republicanos, quienes se habían opuesto previamente a una reforma migratoria, a reconsiderarla con el fin de reconstruir la reputación del partido entre los hispanos, una fuerza política cada vez más poderosa.
La mayoría de las recomendaciones que hará Obama el martes más tarde no son nuevas. El presidente esbozó un plan de reforma migratoria en mayo de 2011 pero no hizo lo suficiente para presionar por su aprobación en el Congreso, para decepción de muchos latinos.
No obstante, Obama “cree que ahora estamos en un momento en el que parece haber apoyo a nivel bipartidista a los mismos principios que él siempre ha promovido y a los principios que ya han contado con apoyo bipartidista”, dijo el lunes el secretario de prensa de la Casa Blanca Jay Carney. “Eso es algo muy positivo”, agregó.
El presidente lanzará su campaña en Nevada, un campo de batalla político que ganó en los comicios de noviembre, en gran parte por el apoyo de los hispanos del estado.
El 71% de los hispanos votaron por Obama mientras que sólo 27% apoyó al republicano Mitt Romney, un factor que se sumó para que Obama asegurara la victoria. Eso llevó a algunos líderes republicanos a concluir que es un imperativo político apoyar la reforma migratoria con una vía a la ciudadanía.
En un documento de cinco páginas, los senadores expusieron el lunes a grandes rasgos los cuatro objetivos que buscan:
—Crear un mecanismo para que los inmigrantes que residen sin autorización legal en Estados Unidos tramiten su ciudadanía, supeditado a garantizar la seguridad de las fronteras y un mejor seguimiento de las personas que llegaron con visas.
—La reforma del sistema de inmigración legal, que incluya la concesión de tarjetas de residencia (green cards) a los inmigrantes que se gradúen de maestrías, doctorados y otros títulos de educación avanzada en Ciencias, Matemáticas, Tecnología o Ingeniería en alguna universidad estadounidense.
—Crear un sistema de verificación eficaz en el mercado laboral, para garantizar que los empleadores no contraten a inmigrantes que carecen de la debida documentación.
—Permitir el ingreso de más trabajadores poco calificados y permitir que los empleadores contraten inmigrantes siempre y cuando demuestren que no pudieron contratar a un ciudadano estadounidense.
“Hay 11 millones de seres humanos en este país que viven sin permiso legal. Esto no hace feliz a nadie. No es algo que alguien vio venir, pero que está sucediendo. Y tenemos la obligación y la necesidad de evaluar la realidad de la situación que enfrentamos”, dijo el lunes el republicano Marco Rubio, uno de los senadores que prometieron actuar sobre el tema de la migración.
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