WASHINGTON (AP) — El presidente Barack Obama dijo el viernes a una delegación de congresistas demócratas hispanos que la reforma migratoria es la prioridad número uno de su segundo mandato, pero no les dijo cuándo surgirá un proyecto de ley ni si provendría del Senado o de la cámara baja.
Pero The Associated Press obtuvo información de que la Casa Blanca y un grupo bipartidista de senadores lanzarán iniciativas separadas la semana próxima para reanudar las negociaciones tendientes a reformar el sistema de inmigración, una cuestión que ha languidecido en Washington durante años.
La representante Linda Sánchez, que participó en la reunión con el mandatario, dijo a AP en conversación telefónica que “cuando el presidente Obama entró a la habitación, nos dijo que la reforma migratoria es su prioridad legislativa número uno”.
El congresista Luis Gutiérrez, quien también acudió al encuentro, ratificó el comentario de Obama sobre la prioridad legislativa y agregó que “el presidente usará toda la fuerza de la Casa Blanca para tener un esfuerzo coordinado y continuo. Le va a dar importancia no un día, sino todos los días”.
Los congresistas dijeron haber salido optimistas de la reunión, la primera que Obama celebra con legisladores hispanos tras juramentarse el lunes para un segundo mandato de cuatro años.
“Fue muy claro que el presidente ha hecho esto su prioridad número uno. Fue muy reconfortante escucharlo decir eso”, dijo el representante Ben Ray Lujan .
La declaración de tener a la reforma migratoria como primera prioridad legislativa puede deberse no solo a que sería parte central del legado de Obama, sino que la Casa Blanca la ve como una de las áreas donde tiene mayor posibilidades de obtener resultados debido a la disposición mostrada por los republicanos para atraer el voto latino que votó mayoritariamente a favor de reelegir a Obama.
La agenda para el periodo legislativo que comenzó este mes tiene varios temas de gran importancia, tales como el control de armas y las negociaciones para reducir el gasto público y el límite de la deuda que pueda contraer el gobierno federal.
Sánchez indicó que si bien durante la reunión con Obama no se detallaron fechas ni se determinó el origen de un proyecto de ley, dijo que hubo consenso sobre el sentido de urgencia y sobre la necesidad de que cualquier reforma incluya una opción para que los 11 millones de inmigrantes indocumentados se naturalicen.
La congresista Michelle Lujan Grisham dijo a AP que la reunión fue “muy productiva” y la dejó “energizada” porque “dijimos: ‘estamos listos, hagamos algo’. La reunión fue sobre el compromiso y la disposición a actuar de inmediato”.
Al encuentro asistieron además Rubén Hinojosa, Javier Becerra y el senador Robert Menéndez.
Los tres congresistas consultados por AP coincidieron en pronosticar a título personal que una propuesta concreta de reforma migratoria pudiera surgir poco después del discurso sobre el Estado de la Unión que Obama pronunciará el 12 de febrero.
Obama iniciará su nueva ofensiva en busca de la reforma durante un viaje a Las Vegas el martes. El grupo de trabajo en el Senado también se propone delinear sus propuestas más o menos al mismo tiempo, según un asistente senatorial.
La Casa Blanca y los demócratas en el Senado favorecen un paquete legislativo amplio, mientras algunos legisladores republicanos prefieren lidiar con el tema por medio de proyectos de ley separados.
Los legisladores hispanos consultados por AP dijeron que durante su conversación con Obama no se abordó de manera directa la propuesta republicana de trabajar la reforma a través de proyectos de ley separados.
Las propuestas marcarán el comienzo de lo que presumiblemente será una campaña áspera y conflictiva después de las elecciones del 2012 en que la mayoría abrumadora de los hispanos votó por Obama. También representa un aviso para algunos líderes republicanos de que su partido necesita cambiar su postura sobre la inmigración.
El propósito del grupo senatorial es elaborar un proyecto inmigratorio para marzo y aprobar la legislación en el Senado para agosto, dijo el asistente, que requirió no ser identificado para hablar sobre deliberaciones privadas. La Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, también debería aprobar la legislación antes de que pasara a la Casa Blanca para la firma del presidente.
Para Obama, una reforma inmigratoria exitosa significaría cumplir una promesa formulada a la comunidad hispana después que no lo logró en su primer período presidencial.
El mandatario anunció durante su primera conferencia de prensa tras obtener la relección el 6 de noviembre que planea enviar al Congreso un proyecto de ley poco después de tomar posesión, pero la Casa Blanca no ha dicho públicamente cuándo ni cómo presentará su propuesta para una reforma migratoria.
Funcionarios del gobierno dicen que la iniciativa de Obama será la continuación de los principios que enumeró durante sus primeros cuatro años en el cargo. Se cree que la base de su plan serán los principios esbozados en El Paso en mayo del 2011, los cuales establecen una vía hacia la ciudadanía para los inmigrantes sin documentación, refuerza la seguridad fronteriza, dispone penalidades obligatorias para los negocios que emplean a inmigrantes no autorizados y establece mejoras al sistema de inmigración legal.
Para los republicanos, abordar la reforma inmigratoria podría ser un recurso para aumentar su atractivo entre los votantes hispanos que son cada vez más importantes para las elecciones presidenciales. Los hispanos representaron el 10% del electorado en noviembre, y el 71% apoyó a Obama en contraste con el 27% para Romney.
En el Senado, los legisladores que trabajan en la iniciativa inmigratoria incluyen a los demócratas Charles Schumer de Nueva York, Dick Durbin de Illinois y Robert Menéndez de Nueva Jersey, así como los republicanos John McCain de Arizona, Lindsey Graham de Carolina del Sur y Marco Rubio de la Florida, según asistentes senatoriales.
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