En el año 2009, Arturo González dejó su natal Tamaulipas para enrolarse al Atlas, y de inmediato supo lo que era jugar ante Chivas, lo que representa. En fuerzas básicas le enseñaron un dicho: “contra Guadalajara, no se puede perder”.
“Ponchito”, González, vive su mejor momento futbolístico, es el jugador sensación, y el tiempo que le toque estar vistiendo los colores Rojinegros, quiere siempre vencer al vecino de la ciudad.
“Al estar dentro de la cancha, es ganar o ganar, pelear los balones a muerte, sabes que cada partido es importante, pero este tipo de juegos te dejan otro sabor de boca, y no da lo mejor de sí, y pues no hay nada mejor que ganarle a Chivas”, expresó de manera sincera el mediocampista atlista.
El jugador, no olvida los partidos que sostuvo ante Guadalajara en las juveniles, recuerda que le tocó ganar más partidos que perderlos, espera que dicha historia se repita pero ya en la Primera División.
“Los primeros partidos que recuerdo fue en las fuerzas básicas, estando con Atlas, jugamos la Final en la Copa Nike, contra Chivas, y de ese equipo había jugadores como Carlos Fierro, Giovani Casilla, Pablo Tostado, y recuerdo que el que ganara iba a jugar a Manchester, Inglaterra y ganamos 4-1, son los partidos que te dejan marcado, porque no te esperas un marcador así, y ese 4-1, lo festejamos como nunca”.
Arturo González acepta que cuando viene un duelo ante los rojiblancos, la semana previa se vuelve especial a ellos como jugadores, porque la adrenalina es diferente, no lo ve como un simple partido.
“Los Clásicos se viven, yo creo que en toda la semana, están pensando en eso, yo incluso, hasta semanas antes, empiezas a pensar en el Clásico y las cosas que puedan pasar dentro del campo, es un sensación diferente, la pasión aumenta, quizá vibra la sangre, son cosas que no se describen, pero que sientes”.
El joven jugador de los Rojinegros, es amigo del delantero de Chivas, Carlos Fierro, del cual espera tener una puesta de por medio, pero más que eso, “Ponchito” tiene planeado seguir disfrutando del Clásico, como lo viene haciendo desde la cantera.