La nota negativa del duelo entre Monarcas y América se dio en las tribunas del Coloso del Quinceo.
Conforme transcurrió el tiempo, los ánimos se calentaron entre varios grupos de seguidores. El primer detonante se dio cuando expulsaron a Mauricio Romero en la falta que el argentino cometió sobre Paul Aguilar en el segundo tiempo. Con este pretexto, los ánimos se encendieron en detrás de la portería que defendía Federico Vilar, un grupo de alrededor de 10 personas, se enfrascaron en empujones, hasta que llegó la policía.
Poco después, cayó el segundo gol del América, lo que provocó las burlas de algunos barristas capitalinos, motivo suficiente para que la gente cercana que era aficionada de Morelia, denotará enojo y amargura por el marcador. Cerca de 3 minutos, un grupo de aficionados de ambos equipos intercambiaron golpes, la seguridad privada del estadio tardó en reaccionar, pero al final detuvo la gresca y sacó a los iniciadores.
Ya en el tiempo agregado, se observó un despliegue de cuerpos de seguridad hacia la parte superior de la tribuna lateral ubicada enfrente de las bancas, ya que también ahí se suscitaron problemas entre seguidores.
Al final del partido, algunas bombas de humo cayeron sobre el terreno de juego, y fueron lanzadas desde la zona de la tribuna donde se coloca la porra de Monarcas.
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