Miles marchan en Phoenix por reforma migratoria

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Estudiantes universitarios, padres, abuelos y niños pequeños estuvieron entre las 3.000 personas que se calcula marcharon el sábado por el centro de Phoenix como parte de un movimiento nacional para impulsar en el Congreso federal los estancados esfuerzos por una reforma a las leyes de inmigración.

Los manifestantes, vestidos con camisetas rojas, llevaban tambores y banderas mientras gritaban: “Sí se puede” y “Yes, we can”, la frase del sindicato de trabajadores agrícolas que ha sido adoptada por los activistas a favor de los derechos de los inmigrantes.

Además portaban pancartas en las que pedían respeto y efectuaron un mitin en los tribunales federales al final de su marcha.

La manifestación fue una de muchas a lo largo y ancho del país por el “Día Nacional de Dignidad y Respeto”, organizadas por grupos que apoyan a los inmigrantes. También hubo eventos en Tucson y Yuma. Había una fuerte presencia policial, pero la policía de Phoenix reportó que no se presentaron incidentes.

“Estamos muy frustrados, porque muchas familias se están separando debido a este problema de inmigración que estamos teniendo”, dijo Rosanna Castro, de 28 años de edad y madre de cinco. Ella es ciudadana estadounidense, pero tiene familiares inmigrantes. “Así que estamos pidiendo esta reforma de inmigración para ayudar a mantener juntas a nuestras familias. Y también para dar a los niños la oportunidad de poder terminar la escuela secundaria, ir a la universidad y estudiar una carrera y no simplemente detenerse en la escuela secundaria”.

Un puñado de personas opuestas a la reforma migratoria se congregó al otro lado de la sede del tribunal federal frente a un letrero que instaba al gobierno a no repetir la amnistía que se incluyó en una medida de reforma migratoria en 1986.

“Lo único que quiero es que se hagan valer nuestras leyes. Y la gente necesita saber que hay dos lados en esta historia”, dijo Valerie Roller, de Glendale. Ella señaló las fotos en un cartel que mostraba habitantes de Arizona asesinados por personas que estaban en el país sin autorización legal. Aunque ella apoyaba el derecho de los activistas a marchar, dijo que quería que se fueran aquellos que carecían de permiso legal para estar en el país.

“Mi premisa es que si hacemos cumplir las leyes que tenemos, la mayoría de ellos optarán por autodeportarse”, agregó Roller.

Muchos de los que marcharon trajeron a sus familias, y los cochecitos y los autos llenos de niños fueron escenas comunes.

María Del Carmen Polano, de 55 años, que emigró desde el estado mexicano de Morelos hace 26 años, dijo que quería que se detuvieran las deportaciones que separan a las familias y quería levantar la voz contra lo que calificó como “todo el racismo que ha estado ocurriendo aquí en Arizona durante muchos años”.

“Este mensaje no es sólo para el gobierno aquí en Arizona, sino también para el gobierno de Estados Unidos, especialmente para el presidente Obama”, añadió. “El Congreso puede solucionar la situación, porque en el fondo a pesar de que ellos odien admitirlo, nos necesitan. Porque no hay muchos estadounidenses dispuestos a hacer lo que llamamos la mano de obra barata”, como las personas que trabajan en los restaurantes y hoteles, o en la agricultura.

Un plan de reforma migratoria impulsado por un grupo bipartidista de legisladores fue aprobado por el Senado federal, pero quedó estancado en la Cámara de Representantes.

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