El proyecto de reforma a la ley de inmigración aprobado por el Senado logrará controlar el 90% de la frontera entre Estados Unidos y México, pero si ello no ocurre en cinco años, se agregarán otros 2.000 millones de dólares a esa labor, dijeron los senadores republicanos John McCain y Jeff Flake.
Ese fue uno de los elementos clave mencionado el martes por los republicanos en una sesión de preguntas y respuestas con los reporteros y ciudadanos durante una “conversación sobre inmigración” patrocinada por el diario The Arizona Republic y sus socios de medios de comunicación en la ciudad de Mesa.
Ambos senadores impulsaron su proyecto de ley de reforma amplia en el Senado a principios de año, pero quedó atascado en la Cámara de Representantes. Sostuvieron que aunque les preocupa el retraso en la cámara baja, controlada por los republicanos, creen que hay en ella un respaldo a la reforma y sea lo que ocurra, el proyecto de ley debe tener un camino hacia la ciudadanía para 11 millones de inmigrantes que residen ilegalmente en Estados Unidos.
“En mi opinión esta legislación debe contener un camino hacia la ciudadanía”, dijo McCain. “Se trata de un camino extremadamente largo para obtener la ciudadanía que es parte de esta ley. Sí, entraron ilegalmente en el país, pero pagarán un precio muy alto”.
En una entrevista separada, el representante republicano de Arizona Paul Gosar dijo que un proyecto de ley como el del Senado que incluya la ciudadanía para los que residen ilegalmente en el país no pasará y si la Cámara considera un proyecto de ley igual al del Senado, correrá peligro el liderazgo del partido.
“Francamente, no estamos interesados en el proyecto de ley del Senado”, dijo Gosar. “No estamos interesados en llegar a un compromiso con el proyecto de ley del Senado.
“Creo que si el liderazgo republicano intenta impulsar ese proyecto de ley del Senado, le costará el puesto”, advirtió Gosar.
McCain y Flake hablaron en un acto transmitido en directo en la página de internet azcentral.com y grabado para ser proyectado el domingo en 12 programas informativos. Contestaron a las preguntas de los periodistas, a las de un público que acudió por invitación solamente y las presentadas a través de los medios sociales.
Un puñado de opositores a la reforma de la inmigración esgrimió carteles y gritó frente al Teatro y Centro Artístico de Mesa.
Una de las personas en el acto que formuló una pregunta fue Susan Krentz, viuda del ganadero del sur de Arizona Robert Krentz, asesinado en marzo de 2010 cuando examinaban las tuberías de agua en su propiedad. Las autoridades creen que —aunque no han podido demostrarlo— fue un explorador de los narcotraficantes quien cometió el homicidio.
“Una nueva ley que nadie cumplirá no asegurará nuestra frontera o asegurará nuestra nación”, dijo Krentz. “Así que ¿cuánto tiene que esperar mi familia y otros a lo largo de la frontera para que podamos vivir y trabajar en paz?”.
McCain dijo que intentó “convencer a ella y otros residentes de nuestro estado que hay medidas en esta legislación que en nuestra opinión evitarán otra tragedia como la sufrida por usted”.
Los senadores respondieron además a una pregunta sobre si el proyecto de ley hará que los estadounidenses pierdan sus empleos ante los inmigrantes. McCain respondió con cálculos federales que el proyecto de ley ayudará a la economía y fomentará el crecimiento del mercado laboral.
“No puedo imaginar que aportar 11 millones de trabajadores esforzados a nuestra economía no ayudará”, insistió McCain.
Sobre la seguridad fronteriza, los senadores dijeron que es necesaria más tecnología para identificar y detener a los inmigrantes y contrabandistas y más vallado en las zonas que tengan sentido.
“Depende del área, pero puedo afirmar que es necesario mucho más vallado, mucho más vallado es contemplado en esta legislación y deberá quedar emplazado antes de que nadie pueda actualizar su situación legal”, dijo Flake.
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