Sólo nueve de los 50 estados estadounidenses ejecutaron a uno o varios condenados a muerte en 2012, la cifra más baja en los últimos 20 años, lo que parece confirmar una tendencia a la baja de la utilización de la pena capital en el país, según un informe publicado este martes.
El número de nuevas condenas a muerte (78 este año, con 43 ejecutados) se encuentra igualmente en declive y representó en 2012 una cuarta parte de las que se registraron en 1996, el más elevado de los últimos años, con 315 condenados, subraya el informe del Centro de Información sobre la Pena de Muerte.
Los tres cuartos de las ejecuciones tuvieron lugar únicamente en cuatro estados: Texas, Oklahoma, Mississippi y Arizona, firmes partidarios de la pena de muerte. Además, el 65% de las nuevas condenas fueron emitidas en Texas, California, Florida o en Alabama.
“La pena capital está convirtiéndose en algo marginal en la mayor parte del país”, destacó Richard Dieter, director del centro y autor del informe.
“En 2012, menos estados han condenado a muerte, menos han ejecutado, y las condenas y ejecuciones se han concentrado en un pequeño número de estados”, añadió.
Este año, Connecticut se convirtió en el 17° estado en abolir la pena de muerte. En total, 29 estados la han abolido o no han ejecutado a ningún preso desde hace al menos cinco años.
El número de condenas disminuyó igualmente, situándose en 78 este año, contra las 315 de 1996.
Por otra parte, ninguna ejecución tuvo lugar este año en Alabama, Georgia, Luisiana o Missouri, cuatro estados muy conservadores donde la mayoría de la población apoya la pena de muerte.
Sólo nueve de los 50 estados estadounidenses ejecutaron a uno o varios condenados a muerte en 2012, la cifra más baja en los últimos 20 años, lo que parece confirmar una tendencia a la baja de la utilización de la pena capital en el país, según un informe publicado este martes.
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