Ya son más de 50 años que contamos en la republica mexicana con un una fiesta no apta para todos, que tampoco entra en el gusto de todos, pero que todos conocen…El jaripeo.
Al transcurso del tiempo, se han visto cambios que desgraciadamente han afectado el “deporte” como se le conoce profesionalmente, pero que en realidad sólo permanece como en una fiesta tradicional, campirana, que se extiende en todo el país, y que legalmente no cuenta con una federación que maneje el jaripeo, en sí.
La monta de toros de reparo con pujanza, fuerza bruta y bravura contra la mentalidad humana de un jinete, su habilidad y agilidad…para muchos se ha convertido en más que una pasión o distracción, muchos ven esto ya cómo su sustento definido para vivir. Algunos, culpan esta misma acción, como la causante a que el jaripeo cuente con cajones altos, pretales anchos, tejidos, y de 4 a 6 pulgadas, sin faltar las espuelas con mono y filo largo, haciendo claro que ya los jaripeos son organizados por negocio más no por amor al jaripeo. En realidad, a nivel de grada en una plaza de toros, esto no se ve, no se da a conocer, pero los que conocen lo que el jaripeo esconde conocen esta letra chica que sólo unos cuantos llegan a conocer.
Este articulo solo es un tipo introductorio, para que la gente que se mantiene al tanto de él blog de esta pagina ‘Radio Tierra Kaliente’ no se pierda ninguna de las reseñas que les voy a estar escribiendo. Empezare a escribirles un poco de cómo empezó mi gusto por esto de los toros, y a mi corta edad me enfoque mucho en aprender sobre el jaripeo mexicano en general, su historia, la “época de oro” de los años 70’s y la era de la grapa y technobanda en los 90’s que pasó como una estrella fugaz pero que hasta el día de hoy la recuerdan como una de las mejores décadas en jinetes, toros, bandas, y hasta afición jaripeyera. Un saludo a todos ustedes.
(Foto: Vaquero de Progreso vs Tiburon de Guillermo Ocampo) CREDITOS: CHILO