Inmigración: Arizona se ofrece como modelo

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PHOENIX, Arizona, EE.UU. (AP) — En al mapa político del sudoeste de Estados Unidos, Arizona es un caso aparte.

La mayoría de sus vecinos –California, Colorado, Nuevo México y Nevada– son estados más bien independientes que alguna vez se inclinaron por los republicanos y ahora lo hacen por los demócratas, en parte por el creciente número de hispanos que han tomado distancia de los republicanos por sus posturas sobre los inmigrantes que están en el país sin autorización.

Arizona es distinto.

En ningún otro lado se ha adoptado una posición tan dura hacia los inmigrantes sin papeles como en Arizona, donde los republicanos controlan el aparato estatal y dominan la legislatura. En noviembre, los demócratas ganaron una banca legislativa, pero el candidato republicano a la presidencia Mitt Romney triunfó ampliamente en el estado con una ventaja sobre Barack Obama superior a la que John McCain obtuvo en las elecciones del 2008.

Los partidarios de una línea dura hacia los inmigrantes sin papeles toman a Arizona como modelo de lo que deben hacer los republicanos para mantenerse firmes en el tema de la inmigración y ganar elecciones al mismo tiempo. “Ofrece un camino distinto al convencional”, dijo Mark Krikorian, del Centro para Estudios de la Inmigración, organismo de estudios de Washington que postula mano dura hacia los inmigrantes que están en el país sin papeles. “Lo que sucedió aquí es que el voto no hispano se vuelca cada vez más hacia los republicanos”.

A nivel nacional, los republicanos están conscientes de las tendencias demográficas y se preguntan cómo atraer el voto de los hispanos para ser más competitivos en las elecciones presidenciales. Además, no está claro si Arizona seguirá siendo un bastión republicano.

Muchos republicanos de Arizona temen que el estado siga el camino de sus vecinos y se vuelque hacia los demócratas si el partido no suaviza su posición en torno a los inmigrantes sin papeles. Entre ellos figura el propio McCain, quien en el 2003 auspició con el senador demócrata Ted Kennedy una legislación que despejaba el camino para que los extranjeros sin permiso de residir en el país obtuviesen la ciudadanía. McCain cambió de parecer y apoyó el estricto cumplimiento de las leyes de inmigración en el 2008 y el 2010, pero ahora ha hecho un viro nuevamente y respalda una reforma que incluya la ciudadanía para los extranjeros sin papeles, diciendo que está convencido de que los republicanos no pueden sobrevivir si se mantienen intransigentes en este tema.

“Si tienes un gran bloque de estadounidenses que piensan que estás tratando de perjudicar a sus compañeros hispanos y privarlos de una oportunidad, obviamente eso va a tener un efecto”, declaró McCain a la prensa este año.

Durante la campaña presidencial, Romney postuló la “auto-deportación” o la creación de un ambiente tan hostil hacia los inmigrantes que están en el país ilegalmente que se volverían por su propia cuenta a sus países de origen. Romney elogió la postura de Arizona hacia los inmigrantes sin papeles.

Dos años atrás, el estado pasó a ser conocido por una legislación muy dura con los extranjeros sin papeles y por la aprobación del SB1070, un estatuto por el cual, durante una intervención, la policía debe preguntar por el status migratorio de toda persona que sospeche pueda estar en el país ilegalmente. Esa parte del estatuto se mantuvo, pero la Corte Suprema nacional descartó otras tres.

La actitud intransigente de Arizona tiene alcances nacionales en momentos en que los republicanos tratan de reagruparse tras la paliza electoral del 2012, año en que los hispanos, los negros y los asiáticos votaron abrumadoramente por Obama. El Comité Nacional Republicano difundió hace poco un informe en el que recomienda mayores contactos con las minorías y apoya reformes que legalicen el status de los inmigrantes que están en el país sin autorización legal, algo a lo que los republicanos de Arizona se oponen tajantemente.

Una agrupación bipartidista de ocho senadores, incluidos McCain y un republicano de Arizona elegido hace poco, Jeff Flake, están trabajando en un proyecto que incluye esa iniciativa.

Arizona siempre ha sido uno de los estados menos proclives a votar por los demócratas por razones que van más allá que la inmigración sin papeles, señaló Scott Smith, alcalde republicano de Mesa, un suburbio de Phoenix. “Hay muchos jubilados, republicanos conservadores y del centro del país”, señaló. “Hay muchos más republicanos registrados que demócratas y los independientes tienden a ser más conservadores que liberales”.

El presidente demócrata Bill Clinton ayudó a convertir la inmigración sin papeles en un tema importante aquí. En un esfuerzo por combatir la llegada de inmigrantes sin papeles a California, su gobierno reforzó la vigilancia de la frontera con México a fines de la década de 1990, lo que hizo que los migrantes buscasen nuevas rutas por los desiertos de Sonora, del lado mexicano, y Arizona del estadounidense. A medida que el cruce se hizo más duro, los carteles del narcotráfico y bandas de delincuentes comenzaron a dedicarse al tráfico de personas y Phoenix pasó a ser un centro clave. El gobierno nacional recomendó a la gente de Arizona que se abstuviese de visitar ciertos parques y terrenos públicos para evitar toparse con coyotes armados. Cundió el temor.

“Cambió la forma de ver a los inmigrantes indocumentados”, declaró Alfredo Gutiérrez, ex presidente demócrata del Senado estatal y un defensor de los derechos de los migrantes. “Se generaron todo tipo de oportunidades para que la gente explotase esto”.

Desde la aprobación de la SB1070, las batallas en torno a los inmigrantes sin papeles desangraron al Partido Republicano de Arizona. Líderes empresariales impidieron la aprobación de medidas más fuertes todavía en el 2011. El artífice de la ley, el ex presidente del senado estatal Russell Pearce, fue destituido y el año pasado perdió en las internas del partido al tratar de recuperar su banca.

“Algunos republicanos han hecho un giro radical en torno a este tema”, declaró Glenn Hamer, presidente de la Cámara de Comercio de Arizona, que encabezó la resistencia a nuevas medidas contra los inmigrantes sin papeles y apoya la reforma que propone el gobierno. “Si se mantienen las actuales tendencias, es imposible que los republicanos logren los mismos resultados dentro de diez o 20 años”, expresó.

Para Hamer, es una cuestión de matemática básica. Arizona vota por los republicanos porque en las encuestas a boca de urna de la última década los blancos, que representan hoy el 74% del electorado estatal, apoyaron a ese partido por un margen de 3-2. Los hispanos, en tanto, votaron por los demócratas en proporción de 3-1. En contraste, los blancos de los estados vecinos no dan el mismo tipo de apoyo a los republicanos.

Los hispanos son el 30% de la población de Arizona pero representaron apenas el 18% del electorado en noviembre pasado. Un tercio de ellos no son ciudadanos y no pueden votar y el 18% están en el país sin permiso de residencia. Pero la población hispana es inusualmente joven, con una edad media de 24 años, en tanto que la blanca es mucho mayor, con un promedio de 44 años. Los analistas dicen que es inevitable que en algún momento en un futuro no muy lejano el electorado hispano sea más grande que el blanco.

De todos modos, muchos políticos de Arizona se resisten a moderar sus posturas en relación con los inmigrantes sin papeles. Recientemente el procurador general Tom Horne, famoso por prohibir una clase de estudios mexicano-estadounidenses en las escuelas de Tucson, defendió la constitucionalidad de un referendo del 2005 que requería que las personas demostrasen su ciudadanía antes de votar.

La gobernadora Jan Brewer pasó a ser una heroína de quienes postulan mano dura hacia los inmigrantes sin papeles al lograr la aprobación de la SB1070. Brewer rechaza el argumento de que la frontera es lo suficientemente segura como para regularizar la situación de muchos inmigrantes sin papeles.

“Buena parte de la legislación que aprobamos está a tono con lo que la gente nos pidió”, afirmó el representante estatal republicano Steve Smith. “Tenemos asientos de primera fila. La gente sabe el efecto directo y nocivo que tienen las drogas, las pandillas, el contrabando y lo que están haciendo en nuestro estado”.

Smith opina que los republicanos no deben dejar de lago su postura sobre los inmigrantes sin papeles porque es bien vista en Arizona y más allá. “No vendan sus valores morales, sus convicciones”, expresó. “Cuando yo u otros funcionarios elegidos, o nuestra gobernadora, vamos a otros estados, nos dicen ‘gracias a Dios por Arizona”’.

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