WASHINGTON (AP) — Habrá grandes cambios en el gobierno del presidente Barack Obama, pero no de inmediato.
La Casa Blanca está haciendo de la crisis fiscal de la nación su máxima prioridad una vez pasadas las elecciones, subrayando la importancia vital de prevenir incrementos severos de impuestos de fin de año y recortes de gasto, no sólo por la economía, sino para establecer el tono del segundo período de Obama.
No obstante, Obama está ponderando reemplazos para funcionarios de alto rango que se prevé dejen su gabinete y la Casa Blanca pronto. El secretario del Tesoro Timothy Geithner y la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton quieren renunciar, pero han indicado su buena disposición para hacerlo hasta el próximo año, o al menos hasta que se confirme a sus sucesores. El secretario de Defensa Leon Panetta también quiere retirarse el próximo año.
“Lo primero es tratar de encontrar la manera de salir de la caja en que nos encontramos en lo que respecta al precipicio fiscal”, dijo Tom Daschle, ex líder de la mayoría en el Senado, quien es cercano a Obama. “Cuando se congregue el nuevo Congreso, comenzarán el proceso de nominación por lo que espero que será una buena cifra de vacantes”, señaló
Obama profundizó el jueves en privado sobre ambos asuntos, en su primer día completo de regreso en Washington después de ser reelegido el martes. El presidente y su equipo también estuvieron evaluando cómo se estaban posicionando los republicanos del Congreso después de la elección, antes de decir mucho públicamente sobre su segundo término.
El presidente hará el viernes en la Casa Blanca sus primeros comentarios tras la elección sobre la economía y el barranco fiscal.
En su discurso de victoria el martes por la noche, Obama ofreció un llamado a la reconciliación después de una campaña disgregadora; pero dejó en claro que tenía una agenda en mente, citando una necesidad de cambios en el código fiscal, así como una reforma de inmigración y el cambio climático.
Los asistentes de Obama quieren evitar lo que creen fue una extralimitación del presidente George W. Bush, quien declaró después de su estrecha victoria por la reelección que tenía “capital político” y tenía la intención de gastarlo. Una de las primeras medidas de Bush fue presionar para privatizar el Seguro Social, un plan que fue rechazado por completo por el Congreso y por el público estadounidense.
La Casa Blanca cree que Obama tiene un mandato despejado en un asunto crucial: aumentar los impuestos a familias que ganan más de 250.000 dólares al año. David Plouffe, asesor de alto nivel de Obama, dijo que los votantes “claramente escogieron el punto de vista del presidente de asegurar que a los estadounidenses más acaudalados se les pida hacer un poco más” para ayudar a reducir el déficit federal.
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