AUSTIN, Texas (AP) — Una fallida campaña presidencial puede marcar una gran diferencia, como evidenció el gobernador de Texas Rick Perry.
Cuando pronunció la semana pasada su discurso anual sobre el estado de Texas, lo que calló fue tan sugestivo como lo que dijo. En comparación con su discurso del 2011 a la legislatura, el de este año careció de las exhortaciones que entusiasman a los conservadores a ultranza. Para ser de Perry, fue casi moderado.
No hubo menciones al aborto, la inmigración ni el tema del momento para los conservadores, el derecho a portar armas. En cambio Perry incluso prometió trabajar con el gobierno de Barack Obama y dar “nuestro aporte para asegurar un futuro nacional más brillante”.
Cuando se le preguntó por el tono más apaciguado, Perry no quiso responder. Pero dos días después comentó que “si yo pronunciara un discurso sobre todo lo que me interesa, todavía estaríamos sentados aquí. Pensé que era profundo, considerado y de largo alcance y que podría aplicarse a Texas de aquí a 50 años”.
Sin embargo, el contexto político que dio forma a su discurso es más reciente. La victoria de Obama en las elecciones presidenciales del 2012 —además de la paliza que recibió Perry en las primarias republicanas— hizo que él y muchos otros republicanos abandonaran la retórica del Tea Party que era tan popular en el 2011.
Como ejecutivo estatal, Perry establece el tono para todos los republicanos de Texas. La nueva moderación republicana es más evidente en lo que se refiere a la inmigración.
En el 2011, una de sus principales prioridades era una ley que requiriera a los departamentos locales de policía hacer cumplir enérgicamente las leyes de inmigración mientras estuvieran en patrulla. Perry declaró el proyecto como “legislación de emergencia” y políticos del Tea Party presentaron cerca de una decena de proyectos para reprimir la inmigración sin autorización legal.
Pero eso fue antes de que los hispanos votaran a favor de Obama en proporción de casi 7 a 1. Desde entonces, la “inmigración ilegal” ha desaparecido de los temas de conversación pública entre los republicanos en el Capitolio de Texas. El presidente de la Cámara de Representantes del estado, Joe Straus, recientemente manifestó apoyo por las medidas de reforma inmigratoria avaladas por la Casa Blanca que incluían una vía a la ciudadanía para quienes estuvieran en el país en situación irregular.
“Oigo conversaciones mucho menos divisivas sobre inmigración y discusiones mucho más positivas sobre la fuerza laboral, la economía y tratar de mantener las cosas encaminadas”, dijo Straus. “Creo que hay que retrotraerse a la convención estatal republicana de junio, antes de la elección. Muchos de nosotros comprendíamos las posiciones embarazosas que estaba adoptando mucha gente en este partido”.
Durante la sesión del 2011, muchos republicanos se quejaron en privado de la posición conservadora de línea dura que había adoptado Perry en su aspiración a la candidatura presidencial. Ahora los políticos tratan de leer entre líneas sus discursos recientes para darse una idea de sus planes futuros.
ARTÍCULOS RELACIONADOS
http://es-us.noticias.yahoo.com/