9 de marzo de 2025
Estados Unidos vivió un fin de semana del 8 y 9 de marzo que nos tuvo con los ojos bien abiertos, entre política feroz, desastres naturales y un pueblo que no se rinde. La política está que arde con las elecciones de medio término en noviembre acercándose. El sábado, Donald Trump dio un mitin en Tampa, Florida, frente a miles de seguidores, prometiendo “recuperar América” y lanzando dardos contra los demócratas. “Biden nos vendió a China,” gritó, y la multitud estalló. En X, sus fans lo alaban: “Es el único que dice la verdad.” Pero otros lo ven como puro teatro: “Más promesas vacías,” responde un tuit. La división está al rojo vivo.
En la frontera sur, Texas sigue siendo el epicentro del debate migratorio. El viernes, el gobernador Greg Abbott anunció más cercas y drones en el Río Grande—otro capítulo en su cruzada antiinmigrante. Las imágenes de familias varadas, con niños llorando bajo el sol, circulan en redes y parten el alma. “Esto no es humano,” escribió un activista en X, mientras los defensores de Abbott dicen: “La frontera es un coladero.” Kamala Harris, desde Washington, llamó a una reforma migratoria el sábado, pero las palabras no mueven montañas—la crisis sigue, y nuestra comunidad latina la siente en carne propia.
El clima no dio respiro este fin de semana. El sábado, tornados arrasaron Alabama, dejando dos muertos y más de 50 casas destruidas en el condado de Mobile. “Fue como un tren pasando por mi techo,” dijo un sobreviviente a la prensa local. En California, un incendio en el condado de Ventura lleva 10,000 acres quemados desde el viernes, y los bomberos no pueden contra el viento. Este domingo, el humo sigue cubriendo el cielo—el cambio climático no es broma, y aquí se siente. En el noreste, una tormenta de nieve temprana dejó a 20,000 sin luz en Nueva York el sábado—el clima está loco, y la gente no sabe si reír o llorar.
En economía, hubo luz y sombra. El viernes, Wall Street cerró con ganancias tras un reporte de empleo sólido—200,000 nuevos trabajos en febrero, según el Departamento del Trabajo. Es una buena señal, pero la gasolina está en $4.50 el galón, y en las gasolineras de Houston, la gente se queja: “¿Cómo voy a llenar el tanque así?” En X, el sentimiento es claro: “Todo sube menos mi cheque.” Las tasas de interés siguen altas, y la Reserva Federal no da pistas de bajarlas pronto—es un juego de paciencia que no todos pueden jugar.
En cultura, el sábado arrancó el festival SXSW en Austin, y un documental sobre los dreamers se robó los reflectores. “Es nuestra historia, cruda y real,” tuiteó un asistente. Las reseñas dicen que es un golpe al corazón—nuestra comunidad latina está dejando huella, y eso nos llena de orgullo. En deportes, el March Madness calienta motores: Duke venció a UNC 82-78 en un juego de exhibición el sábado, y las apuestas ya están volando. Los fans en redes están divididos: “Duke es imparable,” dice uno; “Kentucky los aplasta,” responde otro.
En crimen, un tiroteo en un centro comercial de Atlanta el viernes dejó tres heridos—otro recordatorio de que las armas siguen siendo un problema sin fin. La policía dice que fue un ajuste de cuentas, pero las familias piden control. Estados Unidos este fin de semana fue un torbellino: política que divide, naturaleza que castiga, economía que tambalea y una cultura que resiste. ¿Qué te tiene pensando este 8 y 9 de marzo, familia de Radio Tierra Kaliente? Queremos escuchar tu voz.