El Premio Nacional de Derechos Humanos 2012, Alejandro Solalinde, llamó a mirar en los migrantes un espejo de las realidades que se viven en México y la región, así como “una luz de lo que somos como nación”.
Rechazó que la tarea de los derechos humanos para con los migrantes se concrete sólo a ofrecerles un “panecito”.
La causa de los migrantes, dijo, es un ejemplo de que diversos sectores y estratos sociales pueden ponerse de acuerdo.
Durante su participación en el foro “Retos y avances de los protectores de los derechos humanos”, señaló que “si valoramos al migrante nos valoramos a nosotros mismos. En el migrante se juega la madurez, el aprecio, la aceptación humana”.
El fundador del albergue “Hermanos en el camino”, sentenció que “los migrantes no son personas a las que hay que tener lástima o a las que hay que dar un panecito, no son objetos de asistencia, son sujetos de una gran transformación que está sacudiendo la conciencia de México, Centroamérica, Estados Unidos y el mundo”
Solalinde Guerra también definió a los migrantes como “una luz que deslumbra a su paso las diferentes realidades y deja al descubierto lo que realmente somos, sin simulaciones, lo que hacemos, las clases de relaciones que tenemos”.
El clérigo añadió que el migrante “viene de una experiencia de pobreza y de violencia de su lugar de origen, experiencia desastrosa, pero no han perdido la esperanza, van adelante”.
“Ellos nos han cambiado la vida y van por el cambio del mundo y estamos ante una formidable transformación mundial sin precedentes, nadie puede escapar a ese mundo”, afirmó.
Por separado, Alejandro Solalinde consideró que uno de los pendientes que tiene el país es legislar en materia de defensa de los derechos humanos.
En el marco de un encuentro con la sociedad civil, destacó que es urgente definir una agenda que permita generar un trato digno a quienes cruzan las fronteras de México, pero también para aquellos que se mueven al interior del país.
El clérigo mencionó que ante las continuas violaciones a las garantías individuales en la población migrante, tanto por el crimen organizado como por las autoridades, es necesario pensar en mecanismos que permitan ofrecer con efectividad ayuda humanitaria a esta población.
Incluso planteó la posibilidad de que aquellos que se dedican a ofrecer este servicio, porten banderas blancas en sus unidades, de manera similar a lo que hace la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Durante su intervención, Solalinde destacó que es necesario poner a los migrantes en la agenda nacional, a fin de evitar que esta población siga siendo objeto de detenciones.
