Bill Clinton está de regreso en la arena político-electoral, hablando en nombre del presidente Barack Obama en actos de campaña y echando mano de sus habilidades en oratoria y su estilo casual para ayudar a los candidatos demócratas.
Su muy publicitada presencia también le da la oportunidad de reforzar su legado de estadista demócrata y humanitario en causas internacionales.
Clinton puede además obtener retribuciones políticas en caso de que su esposa, la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton, decida buscar nuevamente la presidencia posteriormente.
Sin un cargo de elección desde 2001, Clinton demuestra que sigue teniendo gran atractivo para los votantes, especialmente en estados conservadores donde los candidatos demócratas no están demasiado cómodos de aparecer con Obama. El ex presidente es un experto destacado en el arte de la recuperación política, una habilidad que Obama podría aprovechar ahora para resolver algunos predicamentos.
Además, existe esta verdad incómoda: Obama necesita a Clinton para ganar apoyo entre la clase trabajadora blanca y los votantes independientes que fueron atraídos por Clinton y ahora por el candidato presidencial republicano Mitt Romney, pero que no se han inclinado por el mandatario.
“Si hay una cosa que hemos aprendido en esta temporada electoral, por cierto, es que unas cuantas palabras de Bill Clinton pueden hacer mucho bien a un hombre”, bromeó el mes pasado Romney en declaraciones en la Iniciativa Global Clinton. Sus palabras fueron un reconocimiento al discurso de Clinton en la convención demócrata.
La oficina de campaña de Obama dijo el sábado que juntará a Clinton con otro personaje muy querido, el “rockero” Bruce Springsteen, en un mitin a realizarse el jueves en Ohio, uno de los estados cruciales.
El viernes en Indianápolis, para impulsar al candidato demócrata al Senado Joe Donnelly, Clinton dijo que no esperaba estar tan involucrado en la campaña de 2012. Pero Hillary Clinton está ocupada al frente de la diplomacia estadounidense y su hija Chelsea trabaja para una cadena de comunicaciones, señaló.
“Así que ustedes siguen conmigo”, dijo Clinton a la multitud.
Obama y otros demócratas —quizás el mismo Clinton, descontento por la manera en que Al Gore hizo campaña en 2000 mayormente sin él— están complacidos con la participación del ex mandatario.
Obama mismo ha dicho que debería designar a Clinton “secretario en materia de explicación de las cosas”.
La cooperación en tono alegre y determinado entre Obama y Clinton fue ganada con dificultad y podría no terminar con la campaña de 2012.
La contienda primaria demócrata llena de fricciones entre Obama y Hillary Clinton dañó las relaciones entre las familias. La decisión de Obama, de colocar a Hillary Clinton como secretaria de Estado, y su éxito en el cargo, repararon suficientemente la relación como para que Clinton decidiera ayudar en la reelección del presidente.