Análisis: Obama hace campaña haciendo su trabajo

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WASHINGTON (AP) — Quizá parezca que el presidente Barack Obama se bajó del tren de campaña. Pero no es así.

Al comandar la atención a la emergencia generada por una intensa tormenta una semana antes del día de elecciones, Obama utiliza su principal ventaja política en la contienda por la Casa Blanca.

Es el presidente.

Claramente, el imperativo de que Obama actúe trasciende la elección. La ira de la supertormenta Sandy es real. En un momento de muerte y peligro, se espera que cualquier presidente se muestre como líder para el pueblo de cualquier estado o distrito electoral.

Pero en un sentido político —y la política es definitivamente parte de esto— Obama tiene una oportunidad de último minuto para hacer campaña simplemente haciendo su trabajo.

El candidato republicano Mitt Romney puede llevar alimentos donados a camiones; Obama puede ordenar ayuda para todo el corredor noreste del país.

Obama, tachado por Romney como el tipo del gobierno grande, es el que está eliminando el papeleo y diciéndole a los gobernadores que lo llamen directamente si se topan con un solo obstáculo burocrático.

La contienda presidencial está empatada o muy cerrada en todos los estados que importan, así que Obama está asumiendo riesgos al cancelar actos de campaña durante días, mientras que Romney reanuda los suyos.

Cada acto que Obama cancela es una oportunidad menos para implorarle a la gente que vote de manera anticipada, como lo permiten muchos estados, o simplemente que vote. La tormenta está consumiendo mucha atención de la Costa Este, en particular en Nueva York y Nueva Jersey, pero tiene menos resonancia en estados clave donde el clima es benévolo.

Y por supuesto, Obama puede arruinarlo todo.

Cada gran tormenta evoca el desgarrador legado del huracán Katrina, razón por la que Obama ha ofrecido declaraciones como: “No hay necesidades insatisfechas”.

Los asesores de Obama dijeron que la tormenta surgió como un factor imprevisto, por lo que manera como responderán los votantes a las acciones del presidente tampoco es fácil de pronosticar.

Por tres días y contando, no ha habido mítines en los que Obama pida expresamente a los estadounidenses que los reelijan. En lugar de ello, los votantes ven imágenes de Obama actuando como líder, o enviando mensajes a la nación desde la Casa Blanca, o tratando de tranquilizar a los afectados en una visita a la Cruz Roja.

Para los votantes independientes e indecisos cansados de la dinámica de Washington, Obama parece actuar sin sesgos partidistas y auténticamente despreocupado por su destino político.

Repentinamente su mejor amigo es un prominente partidario de Romney: el gobernador republicano de Nueva Jersey Chris Christie, con quien Obama recorrerá zonas afectadas por la tormenta.

“El presidente ha estado al tanto de todo y se merece mucho crédito”, dijo Christie en una entrevista para televisión. En contraste, cuando le preguntaron a Christie si Romney vendría a ayudar, respondió: “No tengo idea; tampoco es que me preocupe o me interese”.

La decisión sobre cuándo Obama dejará su papel de titular del ejecutivo para regresar a la campaña está en manos de la Casa Blanca, no del equipo de campaña, dicen sus asesores. Hasta el momento, el círculo cercano del presidente en ambas operaciones parece estar conforme con la posición de Obama al mando.

“El presidente está enfocado exactamente en hacer aquello para lo que fue elegido por el pueblo estadounidense, que es conducir al país en caso de contingencia”, dijo la portavoz de campaña Jen Psaki.

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