Activistas defensores de los derechos humanos colocaron hoy cruces en Estados Unidos y México, en señal de protesta por las medidas migratorias que diariamente cobran la vida de los inmigrantes que intentan cruzar la frontera sin documentos.
Separados únicamente por la línea que divide ambos países, activistas vestidos en su mayoría de color negro se reunieron en la playa tanto de San Diego (EE.UU.) como de Tijuana (México) para recordar a inmigrantes que han muerto en búsqueda de una vida mejor y exigir una reforma migratoria que contemple el respeto a los derechos humanos.
Este movimiento es parte de una campaña internacional que se lleva a cabo cada año el primer domingo de agosto.
Los activistas colocaron fotografías de indocumentados que han muerto en los últimos tres años en la frontera, a falta de políticas migratorias.
Al respecto, Hugo Castro, de la organización Ángeles sin Fronteras, destacó que con este evento binacional buscan además protestar contra iniciativas que insinúan un mayor reforzamiento de la seguridad fronteriza, denunciando que históricamente, dichas medidas han derivado en más muertes de inmigrantes.
“Nos prometieron una reforma migratoria y nos están vendiendo la militarización y la opresión”, denunció el activista.
“Es una forma de hacer un filtro y sacar más inmigrantes, queremos una reforma justa y humanitaria, lo que se está cabildeando ahora no lo es”, agregó.
Castro lamentó que dentro de la Administración del presidente de EE.UU., Barack Obama, sigan en aumento las deportaciones que separan familias, considerando que ha incumplido promesas de campaña electoral.
Por el lado de Estados Unidos, autoridades de la Patrulla Fronteriza limitaron que activistas encabezados por Enrique Morones pudieran acercarse al muro que divide ambas playas, por lo que el grupo que se dio cita en San Diego se limitó a agradecer el apoyo, levantando cruces blancas para recalcar su mensaje.
A la manifestación asistió Sergio Tamayo, director y fundador del Hotel Migrante en Mexicali, Baja California (México), donde se alberga cerca de 300 personas deportadas, una iniciativa que nació ante la falta de atención por parte de ambos gobiernos.
Tamayo destacó la importancia de eventos que fomentan voces de protesta ante la problemática migratoria.
“Inmigrantes mueren en los mares, playas, ríos, canales. La migración no se puede parar, no se puede detener, lo que hay que hacer es organizarla y canalizarla”, subrayó Tamayo.
El activista exhortó a que los gobiernos busquen políticas que beneficien a millones de personas indocumentadas en todo el mundo, cuya única intención es “buscar un mejor trabajo y futuro para sus familias”.
Un estudio publicado por la Fundación Nacional de Políticas Americanas (NFAP, por sus siglas en inglés) señala que las muertes de indocumentados en la frontera aumentaron un 27 por ciento durante el año pasado.
El reporte señala que 477 personas murieron durante 2012 en su intento por cruzar hacia los Estados Unidos, el número de fallecimientos más alto en los últimos catorce años, seguido por 2005 cuando perdieron la vida 495 inmigrantes.
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