Al inicio del actual ciclo mundialista, Miguel Herrera no figuraba entre los candidatos para dirigir a la Selección Mexicana, y más bien luchaba por sacarle el mayor brillo posible al Atlante.
Poco tiempo más atrás, después del Mundial de Sudáfrica, el “Piojo” se debatía en los sótanos de la Liga mexicana con Estudiantes Tecos, del que fue cesado al inicio del Apertura 2010.Sin embargo, un año apenas decoroso con los Potros le llevó al América, y tras un par de campañas de eliminación en Semifinal le llegó el título que lo catapultó como candidato para cuando la Selección Nacional tuviera una vacante.
Ahora con las Águilas, que se mantienen como líderes y candidatos sólidos a obtener el bicampeonato, Herrera fue elegido como el estratega idóneo por el momento que vive, circunstancia que ha sido el factor decisivo para la elección de entrenadores del Tri desde hace varias décadas.
Al inicio del camino hacia Brasil 2014, Víctor Manuel Vucetich llevaba tres torneos en Monterrey, donde había conseguido el campeonato del Apertura 2009 y al momento del análisis para designar al nuevo DT mantenía como líderes a Rayados a mediados del Apertura 2010.
Pero en ese momento Vucetich dijo que “no” por problemas personales y tras ello la Federación Mexicana de Futbol se decantó por otro de los técnicos de éxitos recientes: José Manuel de la Torre, quien había sido campeón meses atrás con el Toluca, en el Bicentenario 2010, precisamente en el semestre antes del Mundial sudafricano.
El buen cartel lo consolidó también por los campeonatos del Apertura 2008 con los Diablos Rojos y el Apertura 2006 con las Chivas.
Antes del “Chepo”, sin tomar en cuenta a los interinos, fue Javier Aguirre quien llegó a Sudáfrica, pues gozaba de mejor imagen por sus incursiones europeas, principalmente después de su experiencia con el Atlético de Madrid, equipo que dejó en febrero del 2009.
El “Vasco” quedó disponible justo a tiempo, ya que sustituyó a Sven-Göran Eriksson apenas dos meses después, a pesar de que el sueco fue elegido con el argumento de su bagaje europeo, justo cuando el Tri aumentaba su fila de elementos en el Viejo Continente.
Similar fue la situación con Hugo Sánchez, quien inició el proceso para Sudáfrica a partir de noviembre del 2006, todavía con el prestigio que le dejó el bicampeonato con Pumas en el 2004, el primero y hasta ahora único en lograrlo en torneos cortos.
Ricardo La Volpe llegó a la Selección en el 2002 después de hacer desde años atrás al Atlas uno de los cuadros más competitivos y atractivos, con quien llegara a la Final del Verano 99, y de guiar al Toluca al título del Apertura 2002.
Como bombero para Corea-Japón, el “Vasco” Aguirre sustituyó a Enrique Meza con el campeonato del Pachuca en el Invierno 99 a cuestas, precisamente después de que el “Ojitos” había tomado al Tri tras una época dorada con el Toluca, donde consiguió los títulos de los torneos Verano 98, 99 y 2000.
Previamente, Manuel Lapuente tomó a la Selección en 1998 después de hacer del Necaxa un equipo exitoso con dos campeonatos a mediados de los noventa. El hombre de la boina sustituyó a Bora Milutinovic, quien dejó buena impresión al dirigir a Estados Unidos en el Mundial de 1994.
El serbio sustituyó en 1995 a Miguel Mejía Barón, quien a su vez ocupó el puesto que era de César Luis Menotti en 1993 tras su título con Pumas dos años atrás y luego de guiar al Monterrey a la Final precisamente antes de tomar las riendas del Tricolor.
Como todos ellos, la última designación del “Piojo” confirma que, a lo largo de la historia en los recientes 20 años, lo importante no ha sido cumplir un perfil bien definido de técnico ni cubrir ciertos requisitos, sino ser oportuno y estar de moda para llegar al banquillo del representativo nacional.