WASHINGTON (AP) — Los demócratas que buscan afanosamente un profundo proyecto de ley sobre inmigración cuentan con la ayuda del representante republicano Paul Ryan, el compañero de fórmula de Mitt Romney el año pasado y un inesperado candidato a rescatar el proyecto central del segundo mandato del presidente Barack Obama.
Ryan, presidente de la Comisión Presupuestaria de la Cámara de Representantes y mencionado con frecuencia entre los posibles aspirantes republicanos a la presidencia en 2016, se distingue de muchos de sus compañeros de partido en la cámara baja ya que se muestra a favor de hallar la manera de que sean reconocidos 11 millones de inmigrantes que residen en Estados Unidos sin autorización legal.
Defiende una reforma profunda de la ley por considerarla una necesidad para asegurar la seguridad económica y nacional — un argumento adecuado para un acólito de Jack Kemp, el fallecido congresista republicano y candidato a la vicepresidencia en 1996, que no logró en 2006 reformar el sistema de inmigración.
“Paul Ryan sostiene que no podemos tener una permanente segunda categoría de estadounidenses, que deber haber un camino rumbo a la ciudadanía”, dijo el representante demócrata Luis Gutiérrez, que ha trabajado de forma incesante en la legislación sobre los inmigrantes. “Es mi referente. Sé que le causo problemas cada vez que lo digo”.
Los ayudantes de la Casa Blanca mencionan con frecuencia al congresista republicano de Wisconsin como alguien crucial para la futura legislación este año, con la esperanza de que un republicano con impecables credenciales conservadoras convenza a los recalcitrantes miembros de la cámara baja. Ryan recuerda además a otros dos poderosos bloques que respaldan la reforma de la ley de inmigración, la Iglesia católica y el mundo empresarial.
Ryan es un católico practicante que acudió a misa todos los domingos durante la ajetreada campaña electoral de 2012; la Conferencia Episcopal estadounidense es partidaria de realizar los primeros cambios en inmigración en 27 años.
Ryan representa además un distrito en el sudeste de Wisconsin en un estado dependiente de la fabricación de motores Waukesha, generadores Kohler y numerosas cadenas de suministros. Las empresas dependen de los inmigrantes para llenar futuros puestos de trabajo en el sector fabril.
“La economía estadounidense necesita una reforma de la inmigración, ciertamente lo necesita la economía de Wisconsin”, afirmó Kurt Bauer, presidente y director general de Wisconsin Manufacturers & Commerce, la cámara de comercio estatal.
El llamamiento de Ryan se dio la semana pasada en una reunión a puerta cerrada del Partido Republicano, en la que se exhortó a aprovechar el momento y la oportunidad.
“(Ryan) planteó muy buenos argumentos sobre cómo la inmigración forma parte de nuestra historia, nos ha hecho grandes como país. La diversidad de Estados Unidos es una de sus mayores fortalezas”, informó el representante por Nueva York, Tom Reed. “De todo corazón coincidiré con eso. Pienso que todos en la conferencia aceptaron eso y creen eso, y es ahí donde reconocemos que se trata de un problema que tiene que ser resuelto”.
La dificultad para Ryan —y quienes proponen la legislación sobre inmigración— es la fractura dentro del Partido Republicano. Los republicanos nacionalistas presionan por una legislación de inmigración y la consideran vital para ayudar al partido a mejorar su posición con la minoría de más rápido crecimiento del país, los hispanos. La dupla Romney-Ryan apenas recibió el 27% de los votos del electorado hispano en 2012, una tendencia a la baja que los líderes republicanos temen debilitará al partido en futuras elecciones presidenciales.
Ryan dijo que cualquier legislación sobre inmigración debe atender la situación de los 11 millones de personas que radican en territorio estadounidense sin contar con autorización legal. El sólo hecho de mejorar la seguridad en las fronteras no es suficiente.
“Uno no puede corregir el sistema, en mi opinión, esta es mi opinión personal, sin contar con una solución viable para la inmigración no autorizada y debe ser una solución que respete la regla de ley, que no otorgue amnistía, que respete a la persona que ingresa (a Estados Unidos) legalmente desde el principio a fin de garantizar que quienes son indocumentados vayan al final de la fila, y yo creo que podemos conseguir eso”, dijo.
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