La madre y el hermano de Frida Ulloa son ciudadanos estadounidenses. Ella ha vivido en Estados Unidos durante una década, pero de acuerdo con la ley, eso no era suficiente para que la estudiante universitaria de 24 años recibiera la residencia permanente. Como su madre se hizo ciudadana poco después de que Ulloa cumplió 21 años, ya no está en la vía rápida de naturalización para menores de edad. Naturalizarse muy probablemente le tomaría años.
La joven de origen peruano dijo que por eso se sumó a una treintena de activistas que el viernes protestaron con una sentada en las oficinas de Díaz-Balart. Ulloa era una del puñado que activistas que planeaban ayunar durante cinco días, tanto para presionar al legislador como para llamar la atención a las más de 1.000 deportaciones diarias.
Díaz-Balart no estaba en la oficina, pero un miembro de su equipo ofreció hablar con los activistas. Otro les trajo sodas y agua.
“Nos reunimos con ellos una y otra vez. Necesitamos resultados, no más palabras”, dijo Ulloa con tono frustrado.
El Senado, dominado por los demócratas, aprobó una propuesta de ley de inmigración en junio. Los activistas están llamando la atención de Díaz-Balart porque hasta ahora la propuesta no ha avanzado en la Cámara de Representantes y el congresista ha apoyado desde hace tiempo una reforma.
Díaz-Balart habló apasionadamente el martes en un acto pro inmigrantes en el área de monumentos nacionales en Washington. El legislador fue parte del grupo bipartidista en la cámara baja llamado “Banda de los Ocho” que trabajaron para preparar una propuesta de ley que el presidente de esa cámara, John Boehner, pudiese presentar a votación en el pleno. No obstante, el grupo se ha reducido a cinco y Díaz-Balart es el único republicano.
Los activistas desplegaron una pancarta con figuras de niños y adultos. La palabra “deportación” estaba escrita sobre las figuras de adultos. “Hogar adoptivo” estaba escrito sobre las de niños.
Alrededor de las 5 de la tarde, los organizadores dijeron que les pidieron abandonar la oficina. Dijeron que al principio se negaron, pero que accedieron después debido a que llamaron a la policía. El grupo trasladó su vigilia al Broward Transitional Center, donde son detenidos muchos inmigrantes antes de ser deportados.
Nadie respondió cuando The Associated Press llamó al número del Departamento de Policía de Doral para atender casos no urgentes en busca de comentarios.
La semana pasada, otro representante de Florida, Joe García, auspició una propuesta de ley de inmigración que tiene ya el respaldo de casi 180 demócratas, pero necesitaría una cantidad significativa de republicanos. Los activistas desean que Díaz-Balart apoye esa propuesta o que presente una propia.
El director de la oficina de Díaz-Balart, César González, dijo que es irónico que los activistas “perdonen al gobierno de Obama por la cantidad récord de deportaciones y ataquen a aquellos como el representante Díaz-Balart, que es reconocido como una de las pocas personas que sigue poniendo todo su empeño para que se apruebe una reforma migratoria”.
González añadió que sería fácil para Díaz-Balart presentar una iniciativa que no tuviera oportunidad de ser aprobada, pero que lo que él quiere es trabajar en una solución que “detenga la disgregación de familias, proteja el estado de derecho y ayude a la economía”.
“Las acciones dicen más que las palabras”, dijo Natalie Casal, de 21 años, quien vive en el distrito de Díaz-Balart. “Él es mi representante. Soy ciudadana estadounidense. La comunidad está cansada de esperar”.