Cuando José Saturnino Cardozo estaba en la cancha como delantero de Toluca, por lo general los Diablos eran sinónimo de goles. Este viernes, ante Monarcas, ese espíritu goleador del “Diablo Mayor” se trasladó a sus dirigidos, luego de que pudieron remontarle en tres ocasiones a Morelia para llevarse un espectacular triunfo de 3-4 del Estadio Morelos.
Tan sólo se movió la pelota y de inmediato el partido se encaminó para encumbrar una figura: Jefferson Montero, quien al final pasó a segundo plano por la derrota de su equipo. Esto denotó la noche de contrastes para los michoacanos, quienes tuvieron un hombre inspirado para meter goles, pero también una defensa endeble en la que Joel Huiqui volvió a demostrar algunas falencias al provocar un penal e irse expulsado.
60 segundos habían transcurrido cuando llegó el primer gol del Apertura 2013 al Estadio Morelos. El volante ecuatoriano llegó a línea de fondo, y ahí casi sin ángulo, optó por disparar a segundo poste, en donde sorprendió a César Lozano, quien colaboró claramente en el primer gol michoacano.
La tarde-noche pintaba bien para los locales, quienes estaban de estreno con su nuevo uniforme, mismo que retomó su tradicional franja roja que cruzaba el resto del frente amarillo. Con jersey nuevo y con gol de vestidor, todo iba encaminado a un buen puerto para los purépechas, sin embargo, Toluca salió respondón una y otra vez.
Conforme transcurrían los minutos, Los Diablos Rojos fueron apareciendo en el terreno de juego, fueron ganando espacios y acercándose cada vez más a la portería de los michoacanos. Juan Carlos Cacho avisó al 29’ cuando estrelló un remate de volea en el travesaño, el gol no llegó.
Con el dominio de las acciones, la recompensa arribó para los pupilos de José Saturnino Cardozo. Al 40’, el ariete paraguayo Pablo Velázquez se estrenó como goleador en México, luego de batir a Federico Vilar tras un gran pase de Edy Brambila. El 1-1 lucía en el marcador, pero la felicidad escarlata duró poco.
Sólo transcurrió un minuto del gol choricero, cuando Monarcas respondió, otra vez mediante Jefferson Montero y su talento. El ecuatoriano recibió una pelota fuera del área de los Diablos, y ahí, al ver adelantado al arquero Lozano de Toluca, nuevamente se tuvo confianza, pues picó la pelota para clarear al portero y mandar guardar nuevamente en una combinación de genialidad y error. Con la ventaja de 2-1 a favor de los locales, Morelia y Toluca se fueron al descanso.
El segundo tiempo siguió en la misma tónica, el encuentro no decepcionó, incluso cada vez fue más emocionante. Al 55’, Richard Ortiz cimbró el travesaño con un disparo potente. Esta acción no desanimó al paraguayo, al contrario, lo motivó para intentarlo de nuevo y le funcionó, ya que con otro potente tiro puso el 2-2 con sabor guaraní.
Todo parecía una película, en el que el guión era repetir una y otra vez las acciones. Tras el gol de Toluca, Jefferson Montero volvió a lucirse, pues al 75’ ingresó por izquierda, recortó al centro y de ahí sacó un derechazo para poner no sólo el tercer gol de Monarcas, sino el tercero en su cuenta personal de la noche. Tres golazos de Montero, pero que de poco sirvieron.
Joel Huiqui, quien había ingresado minutos antes, llevó al Morelos su pobre nivel con el que jugó en la Copa Oro, ya que le cometió un penal a Pablo Velázquez, mismo que Carlos Esquivel anotó al 80’. El zaguero mexicano se fue expulsado por esta acción. 3-3 y la fiesta ya era de goles al pie del “Cerro del Quinceo”.
La historia no terminaba, la nublada tarde en Morelia terminó por también hacer gris el debut de su equipo en casa.
Al 91’, cuando el partido estaba por terminar, la remontada escarlata se dio gracias a que Edy Brambila aprovechó un rechace de Federico Vilar, y con ello decretar un 3-4 final bastante sufrido, pero que finalmente valió la pena para José Saturnino Cardozo y sus dirigidos.
Así, Toluca sumó su primer triunfo del Apertura 2013, mismo que los llenará de confianza para continuar con un buen paso en lo que resta; mientras que en el seno interno de Monarcas deberán pulir muchos aspectos, sobre todo en defensa, zona sumamente endeble del cuadro michoacano.
