Miles de personas salieron hoy por las calles de las principales ciudades del país para exigir al Congreso de EE.UU. la “aprobación inmediata” de la reforma migratoria, actualmente paralizada en la Cámara de Representantes y debilitada en el debate público por el cierre parcial del Gobierno.
El “Día Nacional para la Dignidad y el Respeto” congregó a numerosos activistas en más de 60 ciudades de 39 estados del país, quienes exigieron una reforma integral que legalice a 11 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos.
La jornada, que en muchas ciudades no reunió la asistencia esperada, se inició desde tempranas horas, como ocurrió en Chicago, donde el gobernador de Illinois, Pat Quinn, y el alcalde de la ciudad, Rahm Emanuel, despidieron en el Parque Unión a dos caravanas que partieron a las ciudades de Wheaton y Taylorville para pedir a los legisladores republicanos Peter Roskam y Rodney Davis su apoyo a la reforma.
En ese mismo parque, cientos de personas se congregaron a mediodía con pancartas que reclamaban la paralización de las deportaciones.
Ronnie Mejía, ciudadano estadounidense nacido en Guatemala, declaró a Efe que se sumó a la marcha porque “como padre de familia me duelen las 4.000 deportaciones que ocurren diariamente”.
En Los Ángeles, cientos de manifestantes participaron con pancartas, pitos y banderas en la “Marcha de las Estrellas”, realizada en Hollywood Boulevard, para recordar al Gobierno de Barack Obama su compromiso de sacar adelante nuevas leyes en materia de inmigración.
La movilización no alcanzó a congregar la misma asistencia que la marcha de 2006 realizada en contra de la política migratoria, pero aún así se observó entusiasmo en los cerca de 2.000 participantes.
Muchos de ellos saludaron que el gobernador de California, Jerry Brown, promulgará esta semana la Ley AB 60 que otorgará licencias de conducir a inmigrantes indocumentados.
En San Diego, cerca de 5.000 personas acudieron al Parque Balboa para marchar hasta el edificio de la Administración del Condado, en un desfile encabezado por Valentín Tachiquín, el padre de Valeria Tachiquín, muerta hace un año por un agente de la Patrulla Fronteriza.
La marcha contó con el apoyo del Consejo del Distrito Escolar de San Diego, que reconoció así los efectos del “defectuoso sistema de inmigración” en las familias de San Diego.
En Phoenix, Arizona, cientos de personas conformaron una ola roja para pedir un alto a las deportaciones y a la separación de familias.
“Estamos enviando un fuerte mensaje, a través de todo el país, al liderazgo republicano de que ya no podemos esperar más por una reforma migratoria”, indicó a Efe la directora de la organización Mi Familia Vota, Raquel Terán.
Arizona se convirtió en el epicentro del debate migratorio en 2010 cuando aprobó la ley estatal SB 1070, la primera en el país que criminalizó a los inmigrantes indocumentados y otorgó a la policía facultad para detener a personas por la simple “sospecha” de no tener papeles.
En Carolina del Norte, un grupo de voluntarios de las organizaciones Action NC, Familias Unidas, la Coalición Latinoamericana y United 4 the Dream promovieron en los barrios hispanos de Charlotte una vigilia que se realizará esta noche en el centro de la ciudad.
En este estado, se realizaron concentraciones en las ciudades de Greenville, Durham, Asheboro y Wilmington, donde los inmigrantes salieron con camisetas blancas y ondeando banderas de EE.UU.
La pequeña ciudad de Goose Creek, en Carolina del Sur, recibió a decenas de inmigrantes para sumarse a la marcha nacional.
De manera simbólica, rompieron una piñata que representó la separación de familias que produce la ley estatal SB20, iniciativa que persigue a inmigrantes indocumentados. En la capital del estado, Columbia, varios manifestantes rezaron y cantaron por la aprobación de la norma.
En Nueva York, el parque Cadman de Brooklyn fue el punto de partida desde donde cientos de manifestantes, tras escuchar dos horas de discursos y arengas, se dirigieron al puente de Brooklyn para cruzarlo hasta la entrada de Manhattan.
En Miami, unas doscientas personas recorrieron las calles del barrio de la Pequeña Habana para “recordar” a los congresistas que siguen exigiendo una reforma migratoria.
Durante la marcha, la portavoz de la Unión Americana de Libertades Civiles (UCLA) de Florida, Carolina González, señaló a Efe que “cada día que pasa sin que la situación se solucione, es un día más en que las familias están separadas. Son miles de niños que se quedan solos. Ésta no es una situación que se puede olvidar”.
De acuerdo a la página octoberimmigration.org, fueron más de 160 eventos programados con motivo de la marcha nacional, que en gran medida dirigió sus demandas a los parlamentarios republicanos, grupo que ha estancado la aprobación integral de la norma en la Cámara de Representantes y que pretende su aprobación por partes.
El proyecto de ley, aprobado en junio pasado por el Senado y que da una vía para la legalización de los indocumentados ha perdido protagonismo en la última semana ante el cierre parcial del gobierno federal ocasionado por la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas para la aprobación del presupuesto fiscal.
Esta semana, los demócratas de la Cámara baja entregaron una nueva versión del proyecto aprobado en junio, pero con una enmienda ligada al tema de la seguridad en la frontera para tentar sumar votos en la votación del pleno, que se espera para antes de fin de año.
La marcha de hoy, que no registró ningún incidente violento, fue el punto de partida para una jornada de concentraciones que concluirá el 8 de octubre, día en que se celebrará en el Washington Mall un concierto con la participación del grupo Los Tigres del Norte y la cantante Olga Tañón, y una posterior marcha hasta las escalinatas del Congreso.