En su época de esplendor, el transbordador Endeavour orbitaba la Tierra a 28.160 kilómetros (17.500 millas) por hora, más rápido que una bala. Ahora que está retirado de circulación, avanza a paso de tortuga, 3,2 kilómetros (2 millas) por hora, no más rápido que un mero ser mortal a paso enérgico.
El trayecto de 20 kilómetros (12 millas) comenzó poco antes de la medianoche del jueves cuando la nave salió del hangar donde estaba en el aeropuerto internacional de Los Ángeles en ruta al Centro de Ciencia de California, su destino definitivo, dijo Benjamin Scheier, del Centro.
La nave fue escoltada por una cuadrilla de seguridad pero se demoró brevemente debido a un problema menor de su remolcador, dijo el sargento de policía Rudy López. La falla fue reparada rápidamente y Scheier dijo que la nave llegó a la calle poco después de las dos de la mañana del viernes.
La inmensa nave espacial azul y blanca, con los costados curtidos por millones de kilómetros (millas) en el espacio y dos docenas de reingresos a la atmósfera terrestre, avanzó lentamente por las calles del vecindario de Westchester sobre un transporte con 160 ruedas.
Cientos de personas que aguardaban en la oscuridad de la noche tomaron fotos al paso del gigante.
“No tengo palabras para definirlo. Es una experiencia única”, comentó un hombre a KABC-TV.
“Me crié siguiendo el programa espacial”, dijo otro. “Recuerdo que estalló el Columbia cuando yo era chico e iba a la escuela, y en el verano pasado tuve la suerte de ir al lanzamiento del último transbordador en la Florida, y por eso me entusiasma estar aquí y verlo pasar”.
El transporte se detenía cada tanto para controlar el equilibrio del peso de la carga.
El transbordador debía viajar durante 5 kilómetros (3 millas) y detenerse en un lote privado para una pausa de nueve horas mientras las cuadrillas se hacían cargo de las líneas del tendido eléctrico más adelante.
El complicado trayecto por un escenario urbano ha sido un verdadero desafío logístico que requirió una planificación de un año.
Endeavour, el último de la flotilla de transbordadores, reemplazó al Challenger, que estalló poco después de despegar en 1986 con el saldo de sus siete astronautas muertos. Partió al espacio 25 veces, dio unas 4.700 vueltas a la Tierra y recorrió unos 200 millones de kilómetros (123 millones de millas).