(AP) — El presidente estadounidense Barack Obama inició sus vacaciones navideñas con una nota sombría: una reunión con familiares de las 14 personas muertas en la masacre el 2 de diciembre en un centro de servicios sociales en San Bernardino, California.
Obama hizo escala en California en ruta a Hawaii el viernes para su descanso anual navideño.
Su esposa, Michelle Obama, le acompañó en los encuentros en la escuela secundaria Indian Springs, apenas a un breve trayecto por carretera del aeropuerto donde aterrizó el Air Force One tras despegar de Washington.
“Obviamente, esas familias están pasando por un mal momento, no solamente porque han perdido a seres queridos, sino porque en la temporada navideña esas pérdidas son más dolorosas que nunca”, dijo el secretario de prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest. “El presidente sintió que antes de poder comenzar sus vacaciones era importante pasar un rato con esas familias en duelo”.
Las autoridades identificaron a los pistoleros de la masacre como el estadounidense Syed Rizwan Farook, de 28 años, y su esposa, la pakistaní Tashfeen Malik, de 29. Ambos murieron en un tiroteo con la policía tras el ataque.
El FBI está investigando el caso como un acto de terrorismo. La pareja había jurado fidelidad al grupo extremista Estado Islámico en Facebook, dijeron las autoridades. Pero no han encontrado evidencia alguna de que el ataque haya sido lanzado por instrucciones de un grupo terrorista extranjero ni parte de una conspiración basada en Estados Unidos.
De las 14 personas muertas en el ataque trabajaban con Farook en el departamento de Salud Pública del condado de San Bernardino. Nueve hombres y mujeres, con edades entre 26 y 60 años, murieron en la masacre.
