(EFE).- El exgobernador de Florida y aspirante a la nominación presidencial republicana Jeb Bush presentó hoy un plan migratorio de seis puntos para EE.UU. que pone el énfasis en la seguridad fronteriza y contempla dar un “estatus legal” a inmigrantes indocumentados.
“Para aquellos que ya están en el país, necesitamos poner en marcha un camino riguroso que requiera pasar por una revisión de antecedentes penales, pagar multas, pagar impuestos, aprender inglés, obtener un permiso provisional de trabajo, trabajar y no recibir ayuda federal” antes de obtener “estatus legal”, escribió el candidato en el informe que contiene el plan publicado en su web.
Bush reconoce que “no hay plan racional para deportar a millones de personas que el pueblo estadounidense esté dispuesto a apoyar”, en referencia a los 11 millones de inmigrantes sin regularizar que viven en el país y cuya expulsión es impracticable.
“Afectaría a comunidades y familias y podría costar a los contribuyente centenares de miles de millones de dólares”, aseguró Bush, quien confió en obtener el apoyo de los demócratas si llega a la Casa Blanca para aprobar la reforma migratoria que se le ha resistido al presidente Barack Obama.
No obstante, el aspirante a candidato en las elecciones de 2016 quiso poner el énfasis en la seguridad fronteriza, con más inversión en vigilancia electrónica, infraestructuras, vallados y puestos avanzados de la Patrulla Fronteriza en el “frente” de una “defensa profunda”.
Los seis puntos que incluye el plan se centran en la seguridad fronteriza, control de estatus legal para empleados, deportaciones y el fin de las llamadas “ciudades santuario”, que no buscan activamente en ciertos casos la deportación de indocumentados.
La propuesta delineada hoy por Bush incluye el sobrevuelo de drones, sensores y radares, así como la creación de puestos avanzados en zonas fronterizas remotas, para responder a cruces ilegales de personas y luchas contra el tráfico de drogas.
Asimismo, propone que la Patrulla Fronteriza sea más flexible para responder a los cambios de ruta de los carteles mexicanos de la droga y se invierta dinero en vallado, carreteras y mejores accesos para interceptar inmigrantes indocumentados y narcotraficantes.
Para evitar la contratación por parte de empresas estadounidenses de trabajadores indocumentados, Bush considera necesarias políticas para incentivar la utilización del sistema de verificación electrónica de estatus legal conocido como E-Verify.
Bush no menciona penas para aquellos empresarios que contraten a inmigrantes indocumentados ni apunta específicamente a convertir en obligatorio a nivel nacional el uso de E-Verify.
El plan de Bush incluye también el desarrollo de un sistema biométrico a la salida del país, como ocurre cuando se ingresa legalmente en el país, para determinar quiénes permanecen en el país de manera ilegal una vez expirados sus permisos de estadía y visados.
El republicano asegura que no se dedican suficientes recursos para perseguir a aquellos que superan los períodos legales de sus visados, para lo cual propone crear un grupo de coordinación entre agencias para luchar contra este problema.
Para acabar con las llamadas “ciudades santuario”, centro de la polémica en julio tras la muerte en San Francisco de una joven presuntamente por el disparo de un inmigrante indocumentado mexicano, Bush propone suspender la transferencia de fondos federales.
La intención es persuadir a ciudades como San Francisco, Chicago o Nueva York para colaborar con las autoridades federales a fin de detener y deportar “a inmigrantes indocumentados que son serios criminales”.
Bush criticó a Obama por haber dividido al país en asuntos migratorios y prometió construir consensos si llega a presidente para aprobar una reforma migratoria.
El candidato no menciona un “camino a la ciudadanía” como sí ha hecho la aspirante demócrata Hillary Clinton, pero asegura que está “comprometido a abordar el problema de la inmigración ilegal de una manera integral”.
Bush divulgó el plan antes de la celebración este jueves del primer debate electoral de las primarias de su partido, al que concurrirá junto a los otros 9 precandidatos republicanos -del total de 17- mejor situados en las encuestas. EFE