Clinton se distancia de Obama en materia de cambio climático

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La aspirante a la candidatura demócrata a la presidencia, Hillary Rodham Clinton, habla en un acto de campaña en el Centro Internacional de Formación de Carpinteros, el martes 18 de agosto de 2015 en las Vegas. (AP Foto/John Locher)

(AP) — Hillary Rodham Clinton expresó su oposición a las perforaciones petrolíferas en el Ártico autorizadas por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, así como a los retrasos impuestos por el gobierno sobre el oleoducto Keystone XL, en uno de los gestos más claros hasta ahora de la favorita demócrata para distanciarse del presidente.

Después de mostrarse de acuerdo con él en la mayoría de temas durante su campaña por la candidatura a la presidencia en 2016, Clinton se inclinó el martes algo a la izquierda de Obama al hablar sobre el cambio climático. En unas pocas horas expresó su descontento con que se permita a Royal Dutch Shell perforar en el océano Ártico, y se mostró impaciente por una decisión sobre el polémico oleoducto Keystone XL.

Clinton dijo en Twitter que el Ártico es un tesoro único y “el riesgo de las perforaciones no merece la pena”. Después, durante una ronda de preguntas de la prensa en Nevada, dijo que Estados Unidos debería centrarse en fuentes de energía renovables más limpias, en lugar de arriesgarse a “posibles catástrofes en la búsqueda de más petróleo”.

“Creo que las grandes dificultades a las que se enfrentó Shell la última vez que intentó hacer eso deberían ser un toque de atención para todo el mundo”, dijo Clinton, refiriéndose a los contratiempos que sufrió la petrolera cuando intentó perforar en la zona en 2012, y que incluyeron una plataforma que acabó varada en tierra.

En los primeros meses de su campaña, Clinton rara vez se ha mostrado en desacuerdo con Obama, que sigue siendo popular entre los demócratas más fieles pero mucho menos entre el público estadounidense en general.

Su mayor discrepancia se produjo en junio cuando rechazó apoyar la asignación de autoridad de negociación rápidas al presidente en cuestiones comerciales. Incluso entonces, su actitud parecía más de espera prudente que de oposición directa a los acuerdos comerciales de Obama.

Uno de los desafíos de Clinton es reunir suficiente apoyo en la rama progresista del Partido Demócrata. Su principal rival, el senador de Vermont Bernie Sanders, se ha posicionado claramente en contra del proyecto Keystone, las perforaciones en el Ártico y otros proyectos considerados como peligrosos para el medio ambiente. Y en las últimas semanas, Clinton ha marcado sutiles diferencias con Obama al sugerir que ella podría ser más eficaz a la hora de trabajar con los republicanos para conseguir resultados.

Las declaraciones de Clinton sobre las perforaciones se produjeron menos de un día después de que el gobierno tomara la esperada decisión de conceder a Shell los permisos necesarios para perforar en aguas de la costa noroeste de Alaska. La noticia consternó a los ecologistas, que alertan sobre sus efectos en el cambio climático y en las especies ya vulnerables que viven en la zona.

Esos mismos grupos que criticaron a Obama elogiaron a Clinton por posicionarse en contra. “Felicitamos a la secretaria Clinton por plantarse por lo que exigen la ciencia, la voluntad del pueblo americano y el sentido común”, dijo el director ejecutivo del Sierra Club, Michael Brune.

Por su parte, los rivales republicanos de Clinton respondieron con críticas y se esforzaron por mostrar a la demócrata como una figura hostil al desarrollo energético en Estados Unidos.

“Mal”, respondió en Twitter el exgobernador de Florida Jeb Bush. “Ser más antienergía que Obama es extremo”.

El exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie, por su parte, dijo que todavía estaba esperando a conocer su opinión sobre el proyecto Keyston.

Clinton ha dicho que no se posicionará sobre el oleoducto, que llevaría petróleo de Canadá a Estados Unidos, a menos que la decisión siga pendiente si y cuando resulta elegida. Clinton alude a su trabajo en ese tema cuando era secretaria de Estado y alega que sería imprudente por su parte dar su opinión.

Pero tanto los partidarios como los que se oponen al oleoducto han cuestionado que se niegue a decir lo que piensa sobre un asunto importante para el electorado.

Después de una reunión el martes en una ciudad de Nevada, Clinton intentó redirigir la cuestión como un debate sobre Obama y el motivo por el que el proyecto siga siendo un tema abierto. La aspirante expresó su deseo de que se tomara pronto una decisión y añadió que sentía una cierta responsabilidad por haber participado antes en el proceso.

“Pero me estoy impacientando, porque creo que en algún momento tiene que tomarse una decisión”, dijo Clinton. “Y no me siento cómoda diciendo ‘tengo que guardarme mi opinión’, dado el hecho de que yo participé en ello. Así que en algún momento podría cambiar mi opinión sobre eso”.

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