El maltrato físico a indocumentados por parte de agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos constituye una práctica sistemática, de acuerdo con un estudio binacional difundido hoy por tres instituciones académicas.
El estudio “Cruce Fronterizo del Migrante” documentó la frecuencia con que se abusa de los migrantes y el tipo de agresión cometida en su contra, tras entrevistar a mil 95 indocumentados repatriados a seis ciudades de México entre 2009 y 2012.
La investigación fue realizada por el Centro de Política de Inmigración, junto con el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Arizona y el Departamento de Sociología de la Universidad George Washington.
El estudio revela la existencia de un “maltrato generalizado de los migrantes” a manos de los agentes fronterizos de Estados Unidos.
Un 11 por ciento de los mil 95 indocumentados encuestados dijeron haber sido golpeados, empujados, sujetados o agredidos físicamente mientras se encontraban bajo custodia de los agentes fronterizos y un 23 por ciento reportó haber sido víctima de maltrato verbal.
Asimismo, la investigación identificó siete distintas categorías o tipos de abuso.
Las prácticas más recurrentes fueron el uso de la fuerza física sin golpes en un 70 por ciento de los casos; las agresiones físicas en un 30 por ciento; el uso de armas en un 7.0 por ciento y lesiones duraderas en un 6.0 por ciento.
También se registró como maltrato las malas condiciones de encarcelamiento en un 4.0 por ciento de los casos; la destrucción de objetos personales también en un 4.0 por ciento y el abuso sexual en un 3.0 por ciento.
Los investigadores aclararon que las cifras incluyen múltiples menciones, por lo que no suman el 100 por ciento.
Indicaron que, cuando se producen, los abusos físicos y verbales suelen ser perpetrados durante el proceso de aprehensión.
El estudio identificó también como un “dato muy preocupante” el hecho de que los migrantes suelen notar ser objeto de comentarios racistas.
La investigación concluyó que “el abuso de los migrantes cuando se encuentran bajo custodia, es un problema sistémico”.
Asimismo, consideró que esta situación es resultado de “una subcultura organizacional derivada de una falta de transparencia y rendición de cuentas en la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza”.
Los investigadores destacaron que su estudio proporciona detalles sobre los patrones de abuso en la frontera, por lo que pueden ayudar a las autoridades para “precisar la forma de aumentar la supervisión y encontrar medidas adecuadas para mejorar la formación de los agentes”.
