Obesidad, un factor peligroso para la hipertensión, señalan

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TLAPEHUALA, GRO. La obesidad es factor de riesgo para la hipertensión; lo informó ayer el activador físico Ulises Pineda Isidro.

Explicó que la hipertensión arterial es una enfermedad crónica caracterizada por un incremento continuo de las cifras de presión sanguínea en las arterias.

Señaló que las arterias son los tubos o vasos sanguíneos por los que discurre la sangre desde el corazón hasta todas y cada una de las células o partes vivas del organismo; los tubos o vasos sanguíneos por los que la sangre vuelve al corazón se llaman venas.

Dijo que en general la hipertensión arterial por sí misma no produce ningún síntoma; “por ello se dice que la hipertensión arterial es una enfermedad traicionera, que sutilmente va minando nuestra salud hasta que el daño es tan grande que se expresa con complicaciones graves e irreversibles: pérdida de visión, parálisis, incapacidad para hablar o hacerse entender, etcétera.

En ocasiones la hipertensión arterial se acompaña de algunos síntomas, que no son específicos de la enfermedad y se deben a otros factores asociados.

Dijo que algunos de los síntomas son el dolor de cabeza, sobre todo si aparece por la mañana, al levantarse; zumbidos de oídos, alteraciones en la vista, palpitaciones o sensación de latidos en el corazón, taquicardias o aceleración de la frecuencia del pulso por encima de 100 latidos por minuto.

“No obstante la mayoría de los pacientes hipertensos están asintomáticos (sin síntomas ni molestias subjetivas) hasta el fatídico momento en que se presenta una complicación.”

El activador físico señaló que las personas con sobrepeso u obesidad, están más expuestos a tener más alta la presión arterial que una persona con peso normal; “a medida que se aumenta de peso se eleva la tensión arterial y esto es mucho más evidente en los menores de 40 años y en las mujeres; la frecuencia de la hipertensión arterial entre los obesos, independientemente de la edad, es entre dos y tres veces superior a las personas con un peso normal”.

Explicó también que cuando se transmite de padres a hijos se hereda una tendencia o predisposición a desarrollar cifras elevadas de tensión arterial; “se desconoce su mecanismo exacto, pero la experiencia acumulada demuestra que cuando una persona tiene un progenitor (o ambos) hipertensos, las posibilidades de desarrollar hipertensión son el doble que las de otras personas con ambos padres sin problemas de hipertensión”.

En lo que se refiere al sexo; señaló que los hombres tienen más predisposición a desarrollar hipertensión arterial que las mujeres hasta que éstas llegan a la edad de la menopausia; a partir de esta etapa la frecuencia en ambos sexos se iguala.

La edad es otro factor, “por desgracia no modificable, que va a influir sobre las cifras de presión arterial, de manera que tanto la presión arterial sistólica o máxima como la diastólica o mínima aumentan con los años y lógicamente se encuentra un mayor número de hipertensos a medida que aumenta la edad. En cuanto a la raza, las personas de raza negra tienen el doble de posibilidades de desarrollar hipertensión que los de raza blanca.

Existen cuatro alimentos para controlar la presión arterial: agua, aceite de oliva, frutas secas y frutas frescas.

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