En Michoacán, creciente desplazamiento de mujeres por violencia y crimen organizado

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Tras advertir sobre la creciente problemática de las mujeres desplazadas por la violencia y el crimen organizado en Michoacán, Lucero Circe López Ríofrio, directora de Humanas sin Violencia, demandó a las autoridades gubernamentales la instrumentación de políticas de atención a personas refugiadas.

Advirtió que no hay estadísticas siquiera aproximadas sobre esta problemática, pues organizaciones como la que ella representa no cuentan con los recursos humanos ni las condiciones de seguridad necesarias para apersonarse en los municipios considerados focos rojos, y por otro lado, no hay una instancia gubernamental que haya atraído esta responsabilidad de recabar la información y compartirla con agrupaciones para su análisis.

No obstante, dijo tener conocimiento de casos ocurridos principalmente en municipios ubicados en las regiones de Tierra Caliente, la Costa y la Meseta Purépecha.

En entrevista con Cambio de Michoacán, López Ríofrio relató que a partir de la instrumentación de operativos de combate al narcotráfico desde la pasada administración federal, comenzó a hacerse visible el éxodo de familias hacia otras localidades michoacanas o entidades de la República.

Estimó que de ser el estado un lugar que en su momento llegó a refugiar a mujeres de Veracruz, Guerrero y Tamaulipas agobiadas por la violencia y los grupos delictivos, pasó a ser también un sitio donde muchos de sus espacios públicos dejaron de dar certidumbre.

A raíz de la aparición de los llamados grupos de autodefensa en los municipios de Aquila, Aguililla, Chinicuila, Coalcomán, Buenavista Tomatlán y Tepalcatepec, el tema de los refugiados por situaciones de violencia e inseguridad volvió a tomar relevancia.

Autoridades estatales, alcaldes y la misma Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) han reconocido el éxodo de familias, pero las cifras que en su momento han proporcionado a medios de comunicación no coinciden.

Circe López planteó que ello se debe a que ninguna instancia se ha dado a la tarea de hacer un levantamiento, si no preciso, por lo menos aproximado, y mucho menos se ha preocupado por indagar dónde se encuentran esos desplazados y qué apoyos requieren.

“No tenemos esa información estadística porque no se toma en cuenta el problema, y entonces se invisibiliza”, recriminó, con el señalamiento de que mientras esta actitud prevalezca, hay pocas esperanzas de que se instrumente alguna política integral de atención a refugiados.

Finalmente, la representante de Humanas sin Violencia hizo énfasis en la necesidad de ampliar las dimensiones de la violencia, es decir que no sólo se tome en cuenta la violencia intrafamiliar, sino la que se genera en el espacio público.

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